¿Quién puede
ignorarlo….? Y sin embargo… (II)
En prosecución
con las enseñanzas sobre conductas para no fracasar en la difícil empresa
llamada Matrimonio, quisiera dedicar unas líneas a la tarea de Esposo, como
principal – no único - responsable de la barca familiar. Con casi tres décadas al
servicio de “pastoral de parejas”, resulta magnífica lección para mejorar mi
rol de esposo.
Así las cosas,
extraigo del libro “Para Salvarte” –Jorge Loring, p 670 este Decálogo:
1. Soluciona tu
vida -al menos en lo fundamental- antes de constituir una familia.
2. Tu trabajo es importante, pero que no te absorba de tal modo que te robe un tiempo
2. Tu trabajo es importante, pero que no te absorba de tal modo que te robe un tiempo
que debes a los tuyos.
3. El buen humor, la permanente serenidad de
espíritu, es el regalo más valioso que
puedes ofrecer a tu esposa y a tus hijos.
4. Tu esposa
debe ser tu mejor amiga y compañera. Y has de tener hacia ella las
mismas atenciones, al menos, que tenías
cuando era sólo tu novia.
5. Respeta su campo de trabajo. Pocas cosas hay tan ridículas y perjudiciales como un
5. Respeta su campo de trabajo. Pocas cosas hay tan ridículas y perjudiciales como un
marido quisquilloso y entrometido en lo que
es propio de su mujer.
6. Si tu esposa está en condiciones de ejercer una profesión -salvando el cuidado del
6. Si tu esposa está en condiciones de ejercer una profesión -salvando el cuidado del
hogar - permíteselo. No la frustres.-
7. En relación
con tus hijos, no olvides que el educar es un arte. Arte difícil y delicado,
integrado por un poco de ciencia, mucho de
buen sentido y, sobre todo, mucho de
amor.
8. El ejemplo es la clave de la educación. Gánate con tu proceder el respeto y la
8. El ejemplo es la clave de la educación. Gánate con tu proceder el respeto y la
obediencia.
9. Sé muy hombre en todo, pero ten presente que esto es perfectamente compatible con
9. Sé muy hombre en todo, pero ten presente que esto es perfectamente compatible con
las muestras de afecto que los tuyos necesitan.
10 .Y si tienes
la dicha de ser creyente, que Cristo sea luz y alegría de tu vida en el
cumplimiento de tus deberes de padre y esposo.
El primer punto
señalado “soluciona tu vida… antes de formar una familia”, suele ser la
primera compuerta para el “éxito en el fracaso matrimonial”. He escuchado una y
otra vez decir a los enamorados: “No tenemos casa, ni trabajo… pero con amor
saldremos adelante”. Es una verdad a medias, y las medias verdades no
son sino dos mentiras. Y no hay peor mentira que las medias verdades.
El matrimonio NO
es un juego de azar. Decir ¡Tal vez salga bien!, es mayúscula
irresponsabilidad. El futuro “jefe de hogar”, debería adornarse de una mínima
dosis de hombría, para – al menos al proponer matrimonio – tener la capacidad
de “cargar con su amada” y no iniciar su alegre aventura como cualquier
parásito. ¿Qué delicadeza es esa?
Si en el primer
punto del Decálogo la cosa no está bien, es justo, prudente y necesario
postergar el evento. De lo contrario, el futuro “señor”, será un simple
proveedor de espermatozoides y nada más….. El mundo no necesita este tipo de
ejemplar. Es bastante con lo que tiene
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