sábado, 21 de junio de 2014

DECÁLOGO DEL ESPOSO

¿Quién puede ignorarlo….? Y sin embargo…    (II)

En prosecución con las enseñanzas sobre conductas para no fracasar en la difícil empresa llamada Matrimonio, quisiera dedicar unas líneas a la tarea de Esposo, como principal – no único - responsable de la barca familiar. Con casi tres décadas al servicio de “pastoral de parejas”, resulta magnífica lección para mejorar mi rol de esposo.

Así las cosas, extraigo del libro “Para Salvarte” –Jorge Loring, p 670 este Decálogo:

1. Soluciona tu vida -al menos en lo fundamental- antes de constituir una familia.
2. Tu trabajo es importante, pero que no te absorba de tal modo que te robe un tiempo
    que debes a los tuyos.
3.  El buen humor, la permanente serenidad de espíritu, es el regalo más valioso que  
    puedes ofrecer a tu esposa y a tus hijos.
4. Tu esposa debe ser tu mejor amiga y compañera. Y has de tener hacia ella las
     mismas atenciones, al menos, que tenías cuando era sólo tu novia.
5.  Respeta su campo de trabajo. Pocas cosas hay tan ridículas y perjudiciales como un
    marido quisquilloso y entrometido en lo que es propio de su mujer.
6. Si tu esposa está en condiciones de ejercer una profesión -salvando el cuidado del  
    hogar - permíteselo. No la frustres.-
7. En relación con tus hijos, no olvides que el educar es un arte. Arte difícil y delicado,
    integrado por un poco de ciencia, mucho de buen sentido y, sobre todo, mucho de
    amor.
8. El ejemplo es la clave de la educación. Gánate con tu proceder el respeto y la
    obediencia.
9. Sé muy hombre en todo, pero ten presente que esto es perfectamente compatible con
    las muestras de afecto que los tuyos necesitan.
10 .Y si tienes la dicha de ser creyente, que Cristo sea luz y alegría de tu vida en el   
     cumplimiento de tus deberes de padre y esposo.

El primer punto señalado “soluciona tu vida… antes de formar una familia”, suele ser la primera compuerta para el “éxito en el fracaso matrimonial”. He escuchado una y otra vez decir a los enamorados: “No tenemos casa, ni trabajo… pero con amor saldremos adelante”. Es una verdad a medias, y las medias verdades no son sino dos mentiras. Y no hay peor mentira que las medias verdades.

El matrimonio NO es un juego de azar. Decir ¡Tal vez salga bien!, es mayúscula irresponsabilidad. El futuro “jefe de hogar”, debería adornarse de una mínima dosis de hombría, para – al menos al proponer matrimonio – tener la capacidad de “cargar con su amada” y no iniciar su alegre aventura como cualquier parásito. ¿Qué delicadeza es esa?

Si en el primer punto del Decálogo la cosa no está bien, es justo, prudente y necesario postergar el evento. De lo contrario, el futuro “señor”, será un simple proveedor de espermatozoides y nada más….. El mundo no necesita este tipo de ejemplar. Es bastante con lo que tiene


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