miércoles, 11 de junio de 2014

IMPROVISACIÓN...

Nuestra de cada año…..

Techos de las casas, copas de árboles y gran cantidad de basura es lo que sobresale en toda la zona ribereña de Asunción y ciudades costeras de todo el país, están prácticamente anegadas, refieren los medios masivos de información.

En el décimo Departamento, como en otros, la noticia es igual o peor. Debido al significativo aumento del caudal del Río Paraná, que llegó a inundar las zonas de los barrios San Rafael y Remansito de Ciudad del Este, nuestro Obispo y convoca a la ciudadanía en general a unirse a la campaña que se abre para ayudar a las familias afectadas por la crecida del Río Paraná.

Los pobladores que no reciben la ayuda estatal - y los que, también reciben - se ven “obligados” a volver a la zona inundada para recomenzar todo de nuevo, y luego, más temprano que tarde, volver a sentir una y otra vez la misma tragedia.

Así las cosas, se reinicia el proceso de preparar planes de contingencia para ayudar a las familias afectadas. En tantas décadas sin resolverse definitivamente - lo que puede resolverse - ¿cuántos miles de millones del erario público, es decir, nuestro dinero, se ha destinado para intentar paliar los efectos de la improvisación?... ¿y cuánto y,  hasta cuándo seguiremos aportando?

¿Cuándo llegará el día que los políticos abandonen la obstinada costumbre de cacarear grandilocuentes discursos, para luego incumplir sus promesas? En el caso que nos ocupa, ¿Por qué no se soluciona definitivamente el problema, si desde décadas venimos soportando los mismos inconvenientes?

A propósito, extraigo parte del comentario de Rolando Niella – ABC 10.06.14 que dice: “La causa principal de esta injusticia impositiva es que hasta el día de hoy todos los gobiernos, incluyendo al actual, carecen por completo del concepto de política fiscal y solamente piensan en los impuestos como medio de obtener dinero para alimentar la angurria de una administración pública gigantesca, ineficiente y venal, que derrocha los recursos por incapacidad o corrupción.

Una política fiscal es, desde luego, un instrumento de recaudación; pero es mucho más que solamente eso: es un importante instrumento de política económica y una herramienta indispensable para el desarrollo social. Sin política fiscal, el incremento de impuestos se convierte en un manoteo de dinero a como dé lugar, para tapar los agujeros creados por la inoperancia, el despilfarro y la malversación”.

No se derrocharía tanto dinero si se realizara una política sería, planificada y con criterio patriótico. ¿Es posible trasladar a los ribereños a lugar seguro y digno? …. ¿Se puede o no hacer bien las cosas? Y si se puede… ¿Qué hace falta? Evitemos al contribuyente el costoso carnaval que provoca la inundación……. 

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