jueves, 26 de junio de 2014

EL ROSTRO DE LA TRAGEDIA HUMANA (I)

¿Hace del hombre un enfermo de lujo, para luego….?

Aprendimos en el Instituto Emmanuel Mounier –IEM: <La palabra enfermo proviene de <in-firmis>, “no firme”, es decir, inestable, desequilibrado, <fuera de centro>, etc. Toda persona es, por su propia naturaleza, <enferma> o por lo menos <enfermable>. Es decir, está siempre en riesgo de perder el equilibrio y enfermar.

En palabras de Francisco de Quevedo - uno de los autores más destacados de la historia de la literatura española – el hombre es “pálida imagen de difunto” y es en ese sentido que decimos <el necio teme a la muerte y huye de ella, mientras que el loco la busca… y el sabio la espera> (Revista Acontecimiento Nº 65, p. 10).

¿Cuándo frenaremos el terror de una tragedia evitable…violaciones, inundación, crimen, corrupción, suicidio – asistido o no, asalto y demás etcéteras que nos azotan día y noche?... ¿O es que es, tendremos que aceptarlo como inevitable?

El 15 de Enero de este año, nos habíamos dolido con la familia del joven Jonathan, de tan solo 20 años, quien había fallecido al caer desde el balcón de su departamento, del barrio Pablo Rojas, de Ciudad del Este. La policía caratuló el caso como suicidio.

Teniendo aún fresca esta tragedia, las noticias “escupen” que dos adolescentes, de aproximadamente 15 años de edad, se lanzaron ayer desde el medio del Puente de la Amistad, en Ciudad del Este. “Según las estadísticas –Diario UH 26.06.14 - más de 140 personas se suicidaron en lo que va del año en el país, una cifra alarmante, pero además una señal que no puede quedar como mera estadística, pues no son números, son personas”.

Especulaciones vienen y van, por aquí y por allá, y no pocos arriesgan pronósticos y sentencias de culpabilidad hacia los padres, la escuela, las redes sociales, y no faltan quienes, simplemente, culpan de todos los desórdenes a la “sociedad”.

No me toca, ni deseo verter juzgamiento de ninguna laya, ni señalar como culpable a persona alguna. Pero es innegable que a todos – padres, escuelas, autoridades - como parte integrante de la sociedad – nos urge realizar una auditaría moral de nuestros valores, para determinar dónde y cómo estamos parados en nuestra fauna social. Una de las miserias humanas es la orfandad afectiva que produce hijos huérfanos, aunque tengan “todo”. El sociólogo Sergio Sinay, señala algunos tipos de Orfandad:

Orfandad Ética: Los hijos están privados de referencias morales. Los padres no  trasmiten valores, o porque no tienen o porque, sencillamente, los ignoran.
Orfandad Afectiva: Los hijos carecen de afectos que refuercen el valor como persona. Esta orfandad muchas veces es sustituida por “cosas-regalos materiales”, por estatus.
Orfandad Comunicativa: En casa no hay diálogo. Se vive juntos, pero no “unidos”.
Orfandad Normativa: No hay reglas ni límites para nada. Todo es permitido en nombre
de la “democracia, libertad y dignidad”…. Y finalmente;
Orfandad Espiritual: El Dios Uno y Trino, es aplastado por el “dios de las 4 P´s” (plata, prestigio, poder y placer). El fútbol, las diversiones de Tv y demás “ídolos pasajeros”, superan a Dios en muchos hogares “cristianos”. Es que, muy fácilmente nos dejamos “hormear” por cualquier filosofía-pedagogía superficial “in-firmis”. Así las cosas...¿Qué idea de Dios tienen estas familias?  

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