Para pensar un poquito en el día de San Juan
Un día, un conocido que se llamaba
Impulso se encontró con Sócrates y se produjo el siguiente diálogo:
Impulso: ¿Sabes lo que escuché
acerca de tu amigo?
Sócrates: Espera un minuto. Antes de
decirme cualquier cosa, quisiera pedirte que pasaras un examen. Es el llamado
examen del “Triple Filtro”.
Impulso: ¿Triple filtro?
Sócrates: ¡Correcto!. Antes
que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea tomarnos un momento y
filtrar lo que vas a decir. Es por eso
que se llama el examen del triple filtro.
El primer filtro es “la Verdad”. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
El primer filtro es “la Verdad”. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
Impulso:
“No”, dijo el hombre…. Realmente escuché
por ahí sobre eso…… y……
Sócrates: Muy bien.
Entonces.. ¿No sabes si es cierto o no lo que me vas a decir?
Ahora, permíteme aplicar el segundo
filtro, el de la “la Bondad”
¿Es algo bueno lo que quieres decirme…
de mi amigo?
Impulso: “No”, todo lo
contrario…..
Sócrates: entonces tú
deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro que sea cierto. Queda un tercer filtro, el de “la Utilidad”
¿Será útil para tí, para mí o para la
humanidad lo que quieres decirme… de mi amigo?
Impulso:
“No”,
realmente no…. es que……pero…..
Sócrates: ¡Bien!.. en tal
caso, si lo que deseas decirme no es CIERTO, ni BUENO, ni ÚTIL
para nadie…entonces..¿por qué decírmelo?
Tenemos que admitir honradamente que,
con demasiada frecuencia, estamos fallando en el doble sentido de la palabra: juzgar
y equivocarse……como
estos dos simples ejemplos:
1) “Aquella familia pasaba un día en la playa.
Apareció un anciana algo extraña y mal vestida que recogía algo del suelo y les
sonrió. Los padres dijeron a sus hijos: ¡no se acerquen a ella!. Más tarde supieron
que limpiaba la playa de vidrios rotos para que los niños no se hirieran los pies”.
2) “Como aquel buen cristiano, devoto y cumplidor,
que de repente, empezó a desparecer misteriosamente los fines de semana. Pronto
comenzaron a murmurar: ¿Quién sabe dónde iría, qué estaría haciendo y…..? Luego
se enteraron que atendía a una mujer paralítica, limpiando su cabaña y preparándole
comida para toda la semana”.
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