jueves, 25 de febrero de 2016

¿QUE ES EDUCAR?…

SEGÚN  JACQUES  MARITAIN

La educación según el maestro J. Maritain se basa en tres convicciones muy sencillas: . La perfectibilidad indefinida del hombre. . La necesidad absoluta de la educación cuando se trata del ser humano. . La existencia de fines bien claros e imprescindibles de parte del educador.

Educar es dar forma no a un hombre ideal platónico, sino a un niño concreto, que pertenece a una nación concreta, a una sociedad concreta, a un tiempo concreto. Antes de ser un niño del siglo XXI, un niño crecido en América Latina o en Europa, es hijo de un ser humano: ¡Igual que yo, antes de ser un francés, ex profesor de Filosofía, jubilado, soy un hombre! (Conferencia Roger Texier – CDE, 10.08.10).

Por lo demás, nuestro deber principal consiste en llegar a ser quienes debemos ser. Nada es más importante y difícil que llegar a ser “hombre”. Por eso, la tarea principal de la educción es guiar el crecimiento intelectual y espiritual de ser humano hasta el cumplimiento de tales propósitos.

La diferencia entre un animal irracional y el animal humano es que, la conducta del irracional es el mero reflejo de los estímulos que recibe, en tanto que en el hombre, entre el estímulo y la respuesta, posibilidad de elegir.

La educación es precisamente una forma respetuosa de suscitar en la persona del educando, representaciones, ideas, valoraciones que lo ayuden a crecer como persona. Un ser humano es mucho más que “un mono con pantalones, recién bajado del árbol”, se dirá graciosamente.

El hombre es un animal social que ha de adecuarse en una sociedad civilizada. No puede progresar en su vida específica, tanto intelectual como moralmente. Sin ser ayudado por la experiencia colectiva acumulada con anterioridad. Necesita tanto de la disciplina como de la tradición. Y la educación es transmisión continua del conocimiento adquirido.

El fin último de la educación es la realización del hombre como persona, objetivo este, infinitamente mayor y amplio que el objetivo que puede tener la arquitectura o la medicina, porque tiene que ver con la libertad y con el espíritu. El objetivo fundamental de la educación es, con toda seguridad, ser un buen hombre, antes que ser un hombre culto. Como dijo Rabelai, pensador francés del Renacimiento, “la ciencia sin conciencia es la ruina del alma, es mejor querer y amar el bien que, simplemente conocerlo”.

El crecimiento del ser humano debe llevar al éxito, tanto a la inteligencia como a la voluntad. La educación de la voluntad es, incluso, más importante para el hombre, que la formación del intelecto.
Para Maritain, lo importante en la educación, no son los cursos de cocina, de enfermería, publicidad, cosmetología, negocios. 

Es la enseñanza de la moralidad, la apreciación de las cosas, o sea, la prudencia y, por encima de todos, el amor y cuanto se deriva de él. El amor es el alma de la vida moral. El amor tiene que ver directamente con la moralidad. Los santos, por ejemplo, son los verdaderos educadores de la humanidad.

La educación debería enseñarnos cómo enamorarnos siempre y de qué enamorarnos. De la ciencia y de las artes que hicieron grandes historias, es decir, del buen obrar humano al servicio del bien común. La educación cultiva magnanimidad. El arte de la educación es hacer que el educando pueda disfrutar de la belleza que supone hacer bien las cosas.

La esfera extra-educativa la constituyen el trabajo y el dolor, la amistad y el amor, las costumbres sociales y el comportamiento del pueblo, las fiestas religiosas y la liturgia. La influencias que se da por los medios de información (redes sociales), porque la educación que se da en las escuela es fundamental e imprescindible, pero no completa. (R. Texier, CDE 10.08.10).

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