¿MINORÍA
CUALITATIVA?
Vivimos tiempos de culto irracional al “me gusta, yo quiero, es mi verdad”. Así
las cosas, el terrícola declarado posmoderno rechaza la moral objetiva y niega la
existencia del sentido común y natural de los seres humanos.
Por consiguiente, la inteligencia es aplastada
por la intensidad del “sentimiento, gustar y querer”. Entonces, el hombre de
hoy se ha coronado gerente general del universo. Su deseo y capricho es ley.
A este océano de confusión y caos
–ideologías antinatural y anticristiano - en la vida actual, podemos,
compararlo con el Goliat del Antiguo
Testamento, quien intentó ponerlo en ridículo a David. La historia es conocida,
dígase de paso, hasta por el más desatinado del planeta.
Goliat
representa
el mal -ideologías y valores antievangélicos- que amenaza (fundamentalmente, a la Iglesia Católica y en general, a la familia
cristiana) diciendo: “Ven a mí y daré tu carne a las aves del cielo y a las
fieras del campo” <1ª Samuel 17, 44> (cfr. F.X. Van Thuan -Testigos de
Esperanza p. 191).
Goliat, el mal
terrorífico actual parece invencible, y la Iglesia, es decir, nosotros como
tal, experimentamos, al parecer, impotencia, porque no faltarán quienes como
Saúl, dirán: “Tú no puedes contra ese filisteo…” (cfr. 1ª Samuel 17, 33).
Pero la Iglesia tiene sus “armas” para
combatir, dice David a Goliat: “Tú vienes contra mí con espadas, lanza y jabalinas;
pero yo voy contra ti en el nombre de Yahvé, Dios de los ejércitos. (45). En
efecto, todo gigante tiene su punto débil. Una piedrita bien colocada tumbó al
gigante y su misma espada sirvió para cortarle la cabeza.
David es la figura de
la Iglesia hoy. En muchos casos (ONU, UNESCO,
OMS Y GOBIERNOS, entre otros) estamos en minoría en cuanto a números,
fuerzas, posibilidades económicas y otros medios. Pero como David, vamos
adelante en nombre de Dios. ( p. 192).
Jesús aparece como el hombre de los
números pequeños. Su atención se centra sobre todo en los “pequeños”, en los
pecadores: en Zaqueo, en la samaritana, en la adúltera perdonada, etc. (192).
En su enseñanza sobre el Reino de Dios
no emergen figuras grandiosas o llamativas: “¿A qué compararé el Reino de
Dios?..”Es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo puso en su
huerta; creció hasta hacerse árbol. Las aves del cielo se anidaron en sus
ramas”. (cfr. Lc. 13, 18-19).
La Iglesia es la Esposa del Cordero, es
decir es la Esposa de Cristo. ¿Un marido dejaría que su Esposa se corrompiera,
dejaría de cuidar de ella? Si esto fuera como algunos dicen, Satanás habría
corrompido a la Esposa del Cordero, y por tanto el habría ganado la batalla,
pero la Biblia claramente nos enseña que Cristo tiene más poder que Satanás: Vosotros,
hijos míos, sois de Dios y los habéis vencido. Pues el que
está en vosotros es más que el que está en el mundo. (1ª Juan 4:4)
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