¡Y AL PRÓJIMO MASACRANDO!
“El cristiano incoherente da escándalo y el
escándalo mata”: (P. Francisco 27.02.14).
Se es cristiano mediante el sacramento
del bautismo. El verdadero cristiano da testimonio de Cristo, es decir, "piensa
como cristiano, siente como cristiano y actúa como cristiano”. Solo así, es un cristiano coherente.
A quien "vive un cristianismo de
papel”, aunque activista, pero odia y golpea a su hermano con su lengua
viperina, como cadáver se le pudre las palabras en la boca: ¡su odio
daña al grupo!
A propósito: Cuentan que
alguien visitó a un sabio y habló mal de otro amigo del sabio, y este dijo: después de tanto
tiempo, me visitas para cometer tres delitos: 1º, procurando que odie a la
persona que aprecio; 2º, me preocupas, haciéndome perder la serenidad; y 3º, te
acusas a vos mismo de calumniador. Si así, ¿qué clase de servidor soy?
Recordemos una de las enseñanzas de Sócrates.
Se trata de las famosas tres preguntas, muy útiles para nuestras
relaciones humanas. Cuenta la historia que estando Sócrates sentado
reflexionando, llegó un conocido suyo y le hizo la siguiente
pregunta:
- Sócrates, ¿sabe
usted lo que acabo de oír acerca de uno de sus estudiantes?
* Espera -dijo Sócrates-. Antes de contarme nada me gustaría hacerte tres preguntas. La primera tiene que ver con la verdad:
* ¿Estás seguro de que lo que
vas a contarme es cierto?.
- No, respondió el joven, acaban de contármelo.
Es
decir, que no sabes si es cierto o no -contestó Sócrates.
Ahora
la segunda pregunta, que tiene que ver con la bondad:
* Lo que vas a decirme de mi estudiante, ¿es
algo bueno?.
- No, pero…
* Por lo tanto -interrumpió Sócrates-, ¿vas a decirme algo malo de otra persona, a pesar de no estar seguro de si es verdad o no?.
El joven, avergonzado, asintió. Sin embargo, al viejo filósofo aún le quedaba una pregunta: La tercera pregunta tiene que ver con la utilidad -dijo Sócrates:
* Lo que vas a contarme de mi estudiante,
¿será provechoso para alguien?.
- No, en realidad…
* Bien -continuó Sócrates-, lo que quieres contarme es algo que no sabes
si es cierto, que no es bueno y que ni siquiera es de provecho para nadie.
Entonces, ¿por qué hablar sobre ello? ¡Vete de aquí con tus chismes infundados!
No hacen falta tantas explicaciones para
entender la enseñanza. Muchas veces comentamos cosas malas de los demás, sin
saber a ciencia cierta si esa información es verdad y a sabiendas de que es
algo que no es de utilidad para nadie, simplemente por el mero
hecho de criticar.
Ya lo dijo de manera graciosa Tito
Maccio Plauto (251-184 a.C.), el autor de comedias latino:
“Los que propagan el chisme y los que la
escuchan, todos ellos deberían ser colgados: los propagadores por la lengua, y
los oyentes por las orejas”.
Maledicencia es sinónimo de calumnia,
difamación, engaño, mentira y malicia. El modo de desparramar el ñe
é reí es divulgando mentiras o medias verdades. Es un pecado porque vulnera
los derechos de otros, cayendo fácilmente en la no verdad.
El sólo acto de difundir habla de mala intención,
porque los oidores-cómplices katueté vointe, agregan alguna
cosita para que la calumnia se hinche como levadura en el pan. (Lv. 19.16).
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