domingo, 1 de diciembre de 2019

A DIOS ALABANDO…

¡Y AL PRÓJIMO MASACRANDO!
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El cristiano incoherente da escándalo y el escándalo mata”: (P. Francisco 27.02.14).

Se es cristiano mediante el sacramento del bautismo. El verdadero cristiano da testimonio de Cristo, es decir, "piensa como cristiano, siente como cristiano y actúa como cristiano”. Solo así,  es un cristiano coherente.

A quien "vive un cristianismo de papel”, aunque activista, pero odia y golpea a su hermano con su lengua viperina, como cadáver se le pudre las palabras en la boca: ¡su odio daña al grupo!

A propósito: Cuentan que alguien visitó a un sabio y habló mal de otro amigo del sabio, y este dijo: después de tanto tiempo, me visitas para cometer tres delitos: 1º, procurando que odie a la persona que aprecio; 2º, me preocupas, haciéndome perder la serenidad; y 3º, te acusas a vos mismo de calumniador. Si así, ¿qué clase de servidor soy?

Recordemos una de las enseñanzas de Sócrates. Se trata de las famosas tres preguntas, muy útiles para nuestras relaciones humanas. Cuenta la historia que estando Sócrates sentado reflexionando, llegó un conocido suyo y le hizo la siguiente pregunta:

- Sócrates, ¿sabe usted lo que acabo de oír acerca de uno de sus estudiantes?

* Espera -dijo Sócrates-. Antes de contarme nada me gustaría hacerte tres preguntas. La primera tiene que ver con la verdad:

* ¿Estás seguro de que lo que vas a contarme es cierto?.
-  No, respondió el joven, acaban de contármelo.
 Es decir, que no sabes si es cierto o no -contestó Sócrates.

 Ahora la segunda pregunta, que tiene que ver con la bondad:
* Lo que vas a decirme de mi estudiante, ¿es algo bueno?.
- No, pero…

* Por lo tanto -interrumpió Sócrates-, ¿vas a decirme algo malo de otra persona, a pesar de no estar seguro de si es verdad o no?.

El joven, avergonzado, asintió. Sin embargo, al viejo filósofo aún le quedaba una pregunta: La tercera pregunta tiene que ver con la utilidad -dijo Sócrates:

* Lo que vas a contarme de mi estudiante, ¿será provechoso para alguien?.
- No, en realidad…

* Bien -continuó Sócrates-, lo que quieres contarme es algo que no sabes si es cierto, que no es bueno y que ni siquiera es de provecho para nadie. Entonces, ¿por qué hablar sobre ello? ¡Vete de aquí con tus chismes infundados!

No hacen falta tantas explicaciones para entender la enseñanza. Muchas veces comentamos cosas malas de los demás, sin saber a ciencia cierta si esa información es verdad y a sabiendas de que es algo que no es de utilidad para nadie, simplemente por el mero hecho de criticar.

Ya lo dijo de manera graciosa  Tito Maccio Plauto (251-184 a.C.), el autor de comedias latino:

“Los que propagan el chisme y los que la escuchan, todos ellos deberían ser colgados: los propagadores por la lengua, y los oyentes por las orejas”. 

Maledicencia es sinónimo de calumnia, difamación, engaño, mentira y malicia. El modo de desparramar el ñe é reí es divulgando mentiras o medias verdades. Es un pecado porque vulnera los derechos de otros, cayendo  fácilmente en la no verdad.

El sólo acto de difundir habla de mala intención, porque los oidores-cómplices katueté vointe, agregan alguna cosita para que la calumnia se hinche como levadura en el pan. (Lv. 19.16).


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