domingo, 29 de diciembre de 2019

QUE TU MANO IZQUIERDA NO SEPA

Resultado de imagen para que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha

LO QUE HACE LA DERECHA...
La generosidad es virtud que no se “vocea”. Es grosera soberbia -arropada de humildad- alardear de gestos que se hacen para ayudar a otros.

Pobres, enfermos, descartados, hay aquí y allá, por izquierda y por derecha, en todo el país. Varios sectores no reciben apoyo de ninguna entidad pública o privada, de nadie.
Y, la recta conciencia aconseja socorrer al más desamparado, mas allá de si a nuestro juicio, es o no, merecedor de apoyo. ¡No somos jueces!

Hay “gestos caritativos” que rompen estómago, cerebro y otros órganos, cuando “tanto amor” es llevado en andas rodeado de publicidad, presunción, vanidad, sonrisa amplia y selfie para luego, inundar las redes sociales.

Por ello, muchos y con razón, consideran tales acciones –per se– buenas, pero, moralmente inválidas, porque, aunque la actitud a favor del necesitado sea objetivamente útil, la intención (que no se ve, ni se mide ni se pesa), es canallesca.

“Por el contrario, una intención mala (vanagloria) convierte en malo un acto que, de suyo, puede ser bueno (limosna)”. (cfr. Mt 6, 2-4)- CIC. 1753).

La película de Robin Hood puede aclarar el punto: Robin defendía la causa de los excluidos, movido por su buena intención. Pero la recta intención es invalidada por la acción es mala: Robo es delito.

Robin es un tipo de héroe bandido de gran corazón, admirado por el pueblo. Robaba al rico para ayudar a los pobres. Vivía escondido en los bosques. Pero, el fin no justifica los medios.

Entonces, toda acción ha de ser guiada conforme a la recta conciencia, sin calcular lucros personales, ya que, hacer algo solo por agradar a los hombres, no es lo más correcto. “Nosotros tenemos que obedecer a Dios antes que a los hombres” (He 5, 29) 

Una metáfora: “la mano izquierda puede ser: la fama, familia, trabajo, diversión, caprichos, modas o la hipocresía"....(quizá sea algo complicado la comprensión cabal de lo afirmado, pero el sentido común presta su ayuda).

¡Cómo el cristiano demuestra amor al prójimo? Lo sabemos todos: En primer lugar, hacer vida la regla de oro: "Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque en eso se resumen la ley y los profetas” (Mt. 7-12).

Podría ser un desafío para mejorar mi conducta el año entrante, por ejemplo: “No juzgar a otros. Recordar que así como juzgo al semejante, Dios me juzgará”.

Porque, no quisiera escuchar que el Maestro me diga:¡Hipócrita!, saca primero el tronco de tu propio ojo, y así podrás ver bien para sacar la astilla que tiene tu hermano en el suyo. (Mt, 7-5)

Como intención, al menos, podría agregar un desafío más: Si a lo largo del año haya lidiado con personas tóxicas, que al inicio parecía ser un buen amigo y compañero, proponerme olvidar todo lo negativo que pudiera haber generado la relación.

Es que, ¿vale la pena acumular pesadez emocional?. Quizá una conversación franca y clara con esa persona “tóxica”, pueda mejorar los vínculos. Y ¿qué si minucioso examen de conciencia me revela que, había sido, yo también era parte del problema". ¡No ha de descartarse tal posibilidad!

Finalmente, el cristianismo no predica una salvación por el intelecto. El cristianismo es un estilo de vida, una forma de pensar, de decir, de hacer, por consiguiente, de ser, ergo, el cristiano debe luchar por hacer vida lo antementado.

 El cristiano es un ser integral, lo es durmiendo, estudiando, gozando y muriendo: no cabe dividir su vida en mitades segmentadas ni vivir inconvicto o inconfeso en cualquier comunidad. Quien posee esta identidad lo vive inevitablemente en su actuar, donde quiera que esté. repetirá, una y otra vez, el hermano en la fe C. Díaz. !Feliz año 2020!!    

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