OFICIALMENTE NO CANONIZADOS
¿Quiénes y cómo son? Y son aquellos
hombres y mujeres anónimos que tal vez, nunca tendrán lugar en los calendarios
litúrgicos. Hacen cosas ordinarias, sin buscar lo extraordinario.
Respetan a las personas, las normas, el
bien común, cumplen sus compromisos, honran su palabra, pagan sus impuestos, no
coimean, son honestas, no viven obligados a agradar a todo el mundo. Ergo, son
libres porque tienen la conciencia, no sola tranquila, sino limpia.
Les molesta la hipocresía. Son sinceros,
leales y de firmes convicciones. Este tipo de persona, a muchos incomoda,
aunque los incomodados -en el fondo, como se dice-, los admira.
“La santidad no es una cuestión neurótica, ni un cumplimiento
virtuoso para ponerse medallas de excelencia. Es una forma
de transitar por los angostos y difíciles caminos de hacer el bien y evitar
el mal (…)
A menudo, suele decirse aquello de
que todo el mundo alaba y defiende: la verdad, pero en el momento en que
alguien se atreve a ser honesto siempre acaba siendo señalado y criticado (...)
No es fácil mantener la coherencia entre
aquello que uno piensa y luego hace….sabemos lo que sentimos pero acabamos
comunicando justo lo contrario. Lo hacemos por condicionantes sociales, por
temor a hacer daño o llamar la atención”, dirá José María Rodríguez O. SJ.
¿Acaso no conocemos a profesionales
médicos, ingenieros, profesores, empleados, patrones, mamás, hijos, papás…responsables
y honestos? Son pocos, es verdad, pero hacen la diferencia.
Hay Jóvenes
que hacen campaña para recoger y donar ropa, juguetes o medicamentos. Otros dan
de comer a personas que viven en la calle. Tampoco faltan quienes acogen a
animales, los curan y cuidan.
Muchas personas mayores viven solas o
están en residencias de ancianos y son visitadas por gente extraña, pero
solidaria. Pasan un rato con ellas, hablan y las acompañan a un paseo.
Hay grupos de personas
que visitan a enfermos en hospitales. Salvan vidas donando sangre voluntariamente.
En fin, hay gente solidaria, desinteresada,
empática que piensa en los demás y no solo en su propia persona.
Luego, en homenaje a tantos
santos anónimos, concluyo con el pensamiento de Bertolt Brecht, dramaturgo
y poeta alemán, uno de los más influyentes del siglo XX, quien dijo:
"Hay hombres que luchan un día y
son buenos.
Hay otros que luchan un año y son
mejores. Hay otros que luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay quienes
luchan toda la vida, esos son imprescindibles"
El empresario estadounidense, Warren Buffett uno de los más grandes
inversores en el mundo dijo: “La honestidad es un regalo muy caro, no la esperes
de gente barata”.
“Quien
no vive para servir, no sirve para vivir”:
(Mc. 10:45)
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