martes, 24 de septiembre de 2013

IDEOLOGÍA DEL GÉNERO (XIII)


Sus trampas y mentiras

Si la mujer opta por un trabajo profesional fuera de la casa no niega que debe organizarse de tal manera que desmerezca su labor de la casa.

Esta mirada hacia estos elementos esenciales de ser femenino pone a la mujer en situación de conocer bien sus prioridades y no dejarse encandilar con lo que en el mundo se presenta de más prestigioso y valioso. Por otro lado, también ayuda a insertar al hombre en la labor del hogar. Aquel hogar que formaron juntos y juntos deben salir adelante.

Indudablemente, el hombre debe acercarse mucho más al hogar y formar parte de los trabajos en la casa y estar más con y en la familia. Igualdades de oportunidades no solamente en el campo laboral, sino también en el campo del hogar, de la familia.

Para lograr este equilibrio y complementariedad en el hogar, es necesario quitar el sentido negativo que algunas ideologías han querido imponer sobre la vida familiar. Es preciso rescatar el aporte que la familia tiene en el presente y en el futuro de cualquier sociedad. En este sentido también, tanto la mujer como el varón pueden ENCONTRAR LA CLAVE de comprensión de sus propias naturalezas y sus destinos humanos en la perspectiva de familia.

La perspectiva de familia es una forma de mirar la persona de su núcleo más íntimo de realización personal. Es a partir de ella, donde la mujer puede encontrar mejor su identidad como mujer y su proyección hacia el futuro, hacia adelante, hacia la sociedad. En la medida en que la mujer puede ser entendida desde la perspectiva de la familia, va a encontrar todas aquellas virtudes que la hagan una persona que aporte muchísimo a la humanidad, en aquello que la humanidad tanto lo necesita: la preocupación por la persona, el detalle, el cariño, la ternura.

La calidad de una sociedad, se mide por la calidad de sus familias. Por eso la mujer debe optar por la exclusividad en la vida familiar, sabiendo que así, está sirviendo a su vocación y al mundo en forma brillante y fundamental. Debemos pensar, dónde son más insustituibles: como “secretaria de una empresa, o como “madre” de mis  hijos.

Pero también debe poder optar por poner sus virtudes al servicio de un trabajo fuera del hogar. En la mayoría de los casos esto no es una elección libre, sino una necesidad de subsistencia de la misma familia. Pero incluso así, deben tener las posibilidades de compatibilizar el trabajo fuera del hogar, con este tan importante, dentro del hogar.

Lo que no está bien es optar por lo “profesional” y desmerecer las actividades del hogar, de la maternidad en sí misma. Se trata de buscar un equilibrio en las diferencias; varones y mujeres somos complementarios en el amor; y viviendo esta complementariedad y este amor, sabremos mejor quiénes somos y a qué estamos llamados.


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