Sus trampas y mentiras
Si la mujer opta por un trabajo
profesional fuera de la casa no niega que debe organizarse de tal manera que
desmerezca su labor de la casa.
Esta mirada hacia estos elementos
esenciales de ser femenino pone a la mujer en situación de conocer bien sus
prioridades y no dejarse encandilar con lo que en el mundo se presenta de más
prestigioso y valioso. Por otro lado, también ayuda a insertar al hombre en la
labor del hogar. Aquel hogar que formaron juntos y juntos deben salir adelante.
Indudablemente, el hombre debe acercarse mucho
más al hogar y formar parte de los trabajos en la casa y estar más con y en la
familia. Igualdades de oportunidades no solamente en el campo laboral,
sino también en el campo del hogar, de la familia.
Para lograr este equilibrio y complementariedad
en el hogar, es necesario quitar el sentido negativo que algunas ideologías han
querido imponer sobre la vida familiar. Es preciso rescatar el aporte que la
familia tiene en el presente y en el futuro de cualquier sociedad. En este
sentido también, tanto la mujer como el varón pueden ENCONTRAR LA
CLAVE
de comprensión de sus propias naturalezas y sus destinos humanos en la
perspectiva de familia.
La
perspectiva de familia es una forma de mirar la persona de su núcleo más íntimo
de realización personal. Es a partir de ella, donde la mujer puede encontrar
mejor su identidad como mujer y su proyección hacia el futuro, hacia adelante,
hacia la sociedad. En la medida en que la mujer puede ser entendida desde la
perspectiva de la familia, va a encontrar todas aquellas virtudes que la hagan
una persona que aporte muchísimo a la humanidad, en aquello que la humanidad
tanto lo necesita: la preocupación por la persona, el detalle, el cariño, la
ternura.
La calidad de una sociedad, se mide por
la calidad de sus familias. Por eso la mujer debe optar por la exclusividad en
la vida familiar, sabiendo que así, está sirviendo a su vocación y al mundo en
forma brillante y fundamental. Debemos pensar, dónde son más insustituibles:
como “secretaria” de una empresa, o como “madre” de mis hijos.
Pero también debe poder optar por poner
sus virtudes al servicio de un trabajo fuera del hogar. En la mayoría de los
casos esto no es una elección libre, sino una necesidad de subsistencia de la
misma familia. Pero incluso así, deben tener las posibilidades de
compatibilizar el trabajo fuera del hogar, con este tan importante, dentro del
hogar.
Lo que no está bien es optar por lo “profesional”
y desmerecer las actividades del hogar, de la maternidad en sí misma. Se trata
de buscar un equilibrio en las diferencias; varones y mujeres somos complementarios
en el amor; y viviendo esta
complementariedad y este amor, sabremos mejor quiénes somos y a qué estamos
llamados.
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