lunes, 23 de septiembre de 2013

IDEOLOGÍA DEL GÉNERO (XII)

IDEOLOGÍA DEL GÉNERO  (XII)
Sus trampas y mentiras

Muchas de estas mujeres se hacen llamar neofeministas porque buscan reivindicar derechos auténticos de las mujeres sin caer ni en la lógica ni en los excesos de las ideologías. Para establecer la conexión con la mujer real que sueña, que vive, sufre ama y se alegra todos los días con cosas sencillas y que es la mayoría aplastante en el mundo.

Este movimiento busca resaltar los rasgos naturales más importantes en la mujer, sin dejar de dar respuesta a los nuevos desafíos. “En el fondo, para la mujer, la maternidad y la vida familiar, son muy importantes. Esto marca y es la identidad femenina, por la misma naturaleza estamos llamadas a ser madres”.

La Ideología no valora a la mujer como es. “Por ser mujer ya valgo”. Cualidades de la mujer: acogedora, tierna, etc. En esta búsqueda de los valores esenciales, estas mujeres encontraron que la maternidad no es una carga, ni siquiera un agregado sin importancia en ser femenino, que puede ser cambiable y estorba. Es más bien, el eje más importante donde descansa la comprensión que tiene la mujer sobre sí misma.

La maternidades un don, un regalo que permite a la mujer descubrir su ser más íntimo de sí misma. Aquello no se modifica aunque los cambios sociales o culturales van a tratar de hacerlo. Es una huella que Dios ha puesto en ser femenino para mostrar la altísima dignidad de la mujer y la predilección que ÉL tiene por ella. El Creador la encarga su creación la más perfecta y con razón confía que la mujer la sabe cuidar.

La realización de la mujer está en su naturaleza. Y si hablamos de la naturaleza, por la naturaleza, la mujer es materna. Y justamente está llamada a cumplir con esta misión tan noble y tan tierna a la vez. Es la esencia de ser mujer. La mujer por su naturaleza es acogedora, da vida, es servicial, detallista, afectuosa…todo esto encierra la maternidad.

“No tengamos miedo a la maternidad. Que el mejor regalo de una madre a un hijo es su hermano. Que no huyamos tampoco de dolor, que sufrimiento es parte de nuestro recurrido por  este mundo. Que no lo veamos como una cruz que hay que arrastrarla. El sufrimiento va a existir con uno o diez hijos. Pero que es un regalo de la vida traer los seres hechos a imagen y semejanza de Dios. Que nosotros vayamos formando y que les entreguemos a la sociedad. Que tenga un hogar y no una casa, donde los jóvenes, los niños y los adolescentes que llegan a ella encuentren calor humano”.

Esta maternidad no debe ser vista como un conflicto con la realización personal, incluso en el campo laboral. Parte de los desafíos que enfrenta la mujer está en una transformación rápida de la vida social, que le permite cada vez más tener el espacio de participación en la vida pública. En la forma en que conjuga ambas realidades, la mujer encontrará más fácilmente un sentido claro en lo que hace totalmente femenino, y totalmente competente y profesional.

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