miércoles, 2 de junio de 2021

¡VIVIR PARA TENER!

 Consumista consumido por el consumo que lo consume

 
A Buda le consultaron: qué es lo que más le sorprendía de la Humanidad. El respondió: 

“Los que pierden su salud por juntar dinero y luego pierden dinero para recuperar la salud. Que por pensar con ansia en el futuro olvidan el presente; no viven ni el presente ni el futuro. Viven como si nunca fueran a morir y mueren como si nunca hubiesen vivido”. 

Naturalmente, consumir no solo no es malo, sino que es necesario para saciar necesidades. El dilema es cuando el consumo es insano. El diccionario (RAE) define el consumismo: “La tendencia inmoderada a adquirir, gastar o consumir bienes, no siempre necesarios”. 

El modelo de bienestar de la sociedad hoy se basa en “tener y acumular bienes”, lo cual “justifica” que aumente el consumismo. Si el objetivo es tener muchas cosas, la principal actividad es tener cosas  de forma inmoderada (DRAE).

Así también se consume la triunfal prensa caliente y picantosa que adoba con escándalos aventuras de Rociíto y Toñito. Luego imitarán a los tales, su modo de vestir, desnudez, de mal hablar, corte de pelo horrible, etc, es que la moda manda, estupidiza… ¿y qué? 

Se consume futilidad (vyrorei) y sucios programas porque la gente lo acepta. “Así, en un mundo pagano donde siempre la universal prostituta del dinero abre las piernas, ¿cómo llevar a cabo con seriedad el cristianismo?”, dice C. Díaz-Corriente Arriba p. 90). 

Me pregunto: ¿Qué tanto necesito lo que compro? ¿Es necesario o tan solo un deseo?  Lo

que consumo sin necesidad es exceso. Si las compras que hago obedecen tan solo a mis deseos o antojos…sencillamente son malos, y si me convencieron…¡tanto peor!.

Quienes defienden el consumismo creen, quizá, en un desarrollo socioeconómico, que se ve en la buena paga de cada terrícola. Se dice que la sociedad consumista, contribuirá a hacer a las personas mucho mejores y más felices. 

“Lo mejor, lo más nuevo y lo más lindo”. Ésta es la idea que gobierna las decisiones de compra de cada vez más consumidores. Ya no se trata de comprar para satisfacer básicas  necesidades básicas, sino cumplir simplemente un ardiente deseo. 

Los medios masivos de información nos bombardean con publicidades que orientan a seguir modelos de conducta, que asocian la felicidad con el “tener los más nuevo objetos”. En síntesis: “Ser es tener cosas, mostrar y estar satisfecho”. 

Afirma el sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman, “la sociedad contemporánea integra a sus miembros, fundamentalmente, como consumidores. Para ser reconocidos, hay que responder a las tentaciones del mercado”. 

Entonces surge la pregunta: ¿Un pobre, no puede ser feliz? El humano vale más que sus bolsillos, aunque estos estén llenos o vacíos, porque el valor está en su corazón. ¡Felicidad es fruto de paz, de un corazón limpio al vivir con honestidad y ayudando a los demás. 

Oración: Señor, que te hiciste pobre para enriquecernos a todos, ¡enséñanos a seguir tu ejemplo y vivir tu bienaventuranza! Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. (Mt 5,3). 

Padre, te agradezco por darme un día más de vida. Que este día sea de paz. Gracias por darnos salud y bendice todos nuestros anhelos, mi familia, el trabajo y los amigos. Y que no critique a nadie. Amen.

Obs: (Se describe una realidad...no se juzga conciencia)

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