viernes, 30 de junio de 2017

ESPIRITUALIDAD CONYUGAL

ENSEÑANZAS  DEL  P.  CAFFAREL.

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La Espiritualidad conyugal (EC) es el arte de vivir en el matrimonio el ideal evangélico que Cristo propone a todos sus discípulos. La espiritualidad conyugal es la ciencia y el arte de santificarse en y por el matrimonio…

¿Cómo vivir cristianamente las realidades conyugales? ¿Cómo vivir en el estado marital todas las exigencias de la vida cristiana? No se trata de excluir las obligaciones normales de la pareja, sino de vivir al “estilo de Cristo”, buscando perfeccionar al máximo los dones espirituales y materiales que el Señor nos ha regalado.

La EC no debe ser restringida a conjunto de ritos y prácticas alejadas de la vida cotidiana. Muchos matrimonios disponen de poco tiempo para estudiar y profundizar su fe. Algunos sufren por esto, otros toman decisiones a la ligera… a otros nada importa…Tienen en sus casas una Biblia y ¡ni siquiera la hojean!

En el origen de la EC hay un llamado: Esposos, nuestra vocación es la de caminar juntos hacia Cristo, el uno y el otro, el uno con el otro, el uno por el otro. La fuente del amor cristiano, afirma el P. Caffarel, no está en el corazón del hombre. Está en Dios.

A los esposos que quieren aprender a amar cada vez más, no puedo darles sino un único y buen consejo: busquen a Dios, amen a Dios, únanse a Dios, cédanle todo el espacio… Dios está en el principio del amor, pero también en su fin.

El amor que viene de Dios perfecciona el amor de los cónyuges y fortifica su unidad indisoluble. También contribuye a la santificación mutua durante la vida y a la educación de los hijos.

Vivir la EC permite cumplir con la voluntad de Dios y se convierte en un lugar de amor, en espacio de alegría y en camino de santidad. Es lo que les permite realizar su misión y ministerio en el apostolado de la pareja y de la familia dentro de la Iglesia y en el mundo.

El fin de la Espiritualidad Conyugal: La santidad «Estamos llamados a la santidad, pero, un santo no es en primer lugar como muchos lo imaginan, una especie de campeón que realiza proezas de virtud y hazañas espirituales. Es ante todo un hombre seducido por Dios. Y que entrega a Dios su vida entera… en santidad…

La santidad no es solamente una meta sino una actitud de vida, una forma de comportarse día tras día, siguiendo los valores de vida cristiana y experiencia de caridad. Es responder al llamado de Cristo: «ven y sígueme». (Mt 5, 48)

Ya no pensamos que la santidad es posible solamente para algunos pocos privilegiados o en fieles de primera y de segunda clase. El laico tiene posibilidad de elevarse a las alturas del apostolado y santidad. “El discípulo actual de Cristo no salvará su alma evadiéndose del “mundo”, sino, viviendo en él, conforme a las normas divina.

La EC orienta la vida a partir del hecho de vivir lo cotidiano entre dos, sin perder la individualidad. La verdadera espiritualidad engloba todos los aspectos de la vida familiar, conyugal, profesional, aún, si a veces los esposos están en conflicto.

Los tres medios sugeridos por el P. Caffarel para el florecimiento de la EC, son: La Eucaristía, la escucha de la Palabra de Dios y la oración. 

La Eucaristía. La donación del cuerpo de Jesús como expresión de total ofrenda, hace extremamente digno el cuerpo humano y permite comparar la unión en el matrimonio con la de Cristo con su Iglesia. La Reconciliación es necesaria… abre caminos para el perdón.   

La Palabra de Dios. No solo es enseñanza, mandamiento y confesión de amor, también es acto. La Palabra de Dios, es fuente de revelación que el mismo Dios hace de Sí mismo, una forma de vivir que permite al hombre caminar hacia Él, dando así sentido a la vida humana. (Nada hay fuera de Dios, y Todo con Él…aun en las adversidades de la vida.

Escuchar la Palabra sin ponerla en práctica, es parecerse a un hombre que se mira en un espejo, y se va, olvidando cómo se veía. Quien escucha atentamente y se mantiene firme, no olvidadizo sino como cumplidor de ella, será feliz. (Sant. 1, 22-25)

La oración. La oración es una cita de amor con Cristo, a la cual he sido invitado. La fe cristiana no es un conjunto de creencias filosóficas o religiosas, es una adhesión a la persona de Cristo… Orar, será es ir al encuentro de Cristo… cara a cara. El sacramento del matrimonio no dura  solo el tiempo de la liturgia, sino toda una vida.

Nota: El padre Henri Caffarel, fundador de los Equipos de Nuestra Señora (ENS) (Lyon-Francia-1903- 1996) tenía una profunda convicción: Las parejas están hechas para a felicidad.

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