¿CONCIENCIA TRANQUILA?
No es lo mismo tener conciencia limpia o conciencia tranquila. Es frecuente decir o escuchar: "Estoy con la conciencia tranquila". Uno vive conforme a lo que piensa y a “su conciencia”. El refrán señala: ¡Somos lo que pensamos y hacemos todo el día y todos los días!
De manera que por habitualidad, podemos
llegar a narcotizar (adormecer) la conciencia. Vivir con conciencia tranquila
no plantea inconvenientes cuando por fuerza del hábito, repetimos conductas
reprochables que se anidan y encallecen en nuestro "sistema
operativo". Porque, lo que antes era malo, hoy puede "no ser reprochable", luego, ya no molesta.
La conciencia -dicen- se podría comparar
con el dolor físico. El dolor tiene una función muy importante, porque anuncia
que algo no anda bien en nuestro organismo. “Si te golpearas una pierna, pero
no sientes ningún dolor, es posible que sigas trabajando, aunque la lesión sea grave,
tal vez se alivie por sí solo, pero de manera incorrecta”.
Del mismo modo, la conciencia resulta
ser una luz que nos indica que se ha producido un daño en nuestra vida, de manera que podamos repararlo. El papel de la conciencia es alertarnos sobre lo “malo” y
nos alienta a obrar bien, hacer el bien y evitar el mal.
Caso contrario, con facilidad espantosa
eclipsamos la conciencia, para vivir en un emporio, en un gran mercado de
mentiras, con un amplio surtido de opiniones, presentadas todas ellas con el más
esmerado marketing ideológico. a gusto del consumidor y al grito de la moda, (cfr.
S. Núñez, en "La Situación Espiritual de Nuestro Tiempo", p. 33.
En nuestro fracturado y dolorido país, numerosos casos de políticos salpicados por
corrupción duermen en la Justicia. Última Hora
recogió varios casos de políticos que están imputados o acusados por corrupción
y cuyos procesos están encajonados en la Justicia. (Dom. 24.01.16). Tal vez se deba a que todos están con la conciencia
tranquila.
El recordado pastor Armín Ihle,
ciudadano honorario del Paraguay, quien tuvo una destacada actuación en defensa
de los derechos humanos durante la dictadura stronista, afirmó tras recibir un
galardón en Montevideo, que el “gran enemigo” de hoy del Paraguay es la
corrupción. Quien roba al Estado, nos roba a
todos. Es el “gran enemigo” que nos priva de un presente mejor y de un futuro
promisorio. (cfr. Abccolor 14.09.14)
Ante cualquier indicio que salpica al
sospechado por corrupción, lo primero que aduce es que son víctimas de 'campaña
de desprestigio' que forman
parte de una campaña que es impulsada por cierto sector de la prensa.
Paraguay es el
“vicecampeón” en corrupción en Sudamérica, según el índice de la Percepción
2016 divulgado por Transparencia Internacional. En esta región de América la
mejor nota se lleva Uruguay y la peor Venezuela. A nivel mundial, de 176
países, Paraguay se ubica en el puesto número 123 mientras que Somalia (África)
en la última posición. (Abccolor 26.01.2017)
Negar la culpa, es actitud del infiel
descubierto. Niega una y otra vez. Y lo hace por la misma razón que teme el
infiel: evitar las consecuencias. La
persona corrupta niega y niega… cual adúltera
descubierta en cama ajena.
Si bien ningún país está exento de corrupción, no es menos cierto que podemos y debemos aspirar vivir una vida, no solo tranquila, sino
además, limpia y feliz. ¿Qué mortal
no anhela y busca felicidad?
La felicidad se alcanza,
paradójicamente, desde el sacrificio, la renuncia al mal, el interior
fortalecido por la vida ética. No busquemos fuera lo que podemos encontrar
dentro. Hagamos sin esperar de los otros, lo que nosotros estamos llamados a ser y a hacer.
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