NO EN ESCUELAS...
Por estos motivos:
*El niño es una
persona única e irrepetible y debe recibir educación personalizada, sobre
temas relacionados con la moral. La escuela no posee condiciones necesarias
para esta individualización.
Papá y mamá conocen, comprenden y aman a cada uno de sus hijos y tienen mejores oportunidades para enseñar según el desarrollo físico y espiritual de cada uno de sus ellos.
Por ser persona única e irrepetible, cada hijo es biológica y afectivamente diferente. Sólo papá y mamá deben transmitirlo mediante un amoroso y personalizado diálogo.
*El abordaje de estos temas tiene directa relación con aspectos morales y espirituales, en los cuales los padres tienen derecho primero y superior. Dar este derecho a la escuela, es correr peligro de que violen derecho de los padres a dar a sus hijos normas morales.
*La escuela podría ser un instrumento más o menos válido para transmitir saberes, pero la educación sexual en un contexto de respeto a la castidad, deben ser dadas en un marco amplio donde principios y valores sean reales, no meras declaraciones líricas.
*La escuela es auxiliar de los padres en la instrucción de los niños y debe "ayudar y completar la obra de los padres". Nunca, suplantar a los padres. Que la escuela asuma la educación sexual implica muchos riesgos. La escuela instruye. La casa educa.
Instruir es captar conocimientos de la naturaleza (estudios, experiencias...) e introducirlos en el “sistema operativo”, es decir, en la mente. Educar es: Mutar conductas. Cambio de actitudes y paradigmas. Por tanto, la escuela enseña álgebra, historia...; ¡no conductas!
Si los padres no están capacitados para esta tarea, la escuela u otras instituciones deben formar "Escuelas Para Padres", dejándolos la tarea de educación sexual de sus hijos.
En ocasiones resultará imposible evitar la imposición de la educación sexual en las escuelas, en este caso, será obligación de los educadores cristianos asumir esta responsabilidad como colaboradores de los padres.
Hay grupos que trabajan con comunidades y personas…“para lograr un mundo en donde mujeres, hombres y gente joven, tengan control sobre sus propios cuerpos y, por lo tanto, de sus destinos”…
"En especial, los grupos marginados como la gente joven, personas transgénero, hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, gays, lesbianas o bisexuales, esposas menores de edad y niñas que son madres, necesitan nuestra compasión".
¿Querés que la escuela, donde van tus hijos menores y donde los sanitarios no sean sexados, eduque a tus niños en temas de sexo? ¿Quién
garantiza que los temas señalados, entre otros más “calientes”, no los
inyectarán a tus pequeños niños en nombre del derecho a cambiar de sexo y ser lo que quieran?
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