miércoles, 25 de noviembre de 2020

EXTREMA IGNORANCIA

 ¡Tavy con devoción! 

Se habla de que cuando alguien hace el mal, eso es fruto de su falta de conocimiento, de su ignorancia. Todos conocemos el significado de ignorancia. 

También hay ignorancia culposa, cuando la gente cree que violar normas de tránsito, dice: “no es ko muy grave”. La ignorancia mantiene el statu quo, porque cuando no se conoce, no se mejora. Primero hay que conocer la realidad para poder modificarla. 

Uno de los filósofos más importantes de la historia que abordó el término ignorancia fue Platón: La ignorancia es culpable de todo mal. “El mal es fruto de la ignorancia”. 

Ciertas creencias culturales son reflejo de gran ignorancia. Ej: Quien decide llevar a su hijo enfermo a un “letradito” para curarle con un pedazo de “piedra de las pirámides” de Egipto, en lugar de un médico, es ignorante…no digo mala persona. 

Un caso: “Por fin mi hija podrá descansar en paz”, dijo don Ramírez, papá de Angélica, enterrada en una exmatadería porque no la recibieron en ningún cementerio. Motivo: sospechas de que falleció por covild-19. (Extra 25.11.20) 

La mujer no murió por causa del virus; se comprobó con pruebas laboratoriales. Ningún muerto contagia y menos si está en un cajón lacrado. 

Salvo que yo me vaya, desentierre el cajón, abra el cajón y le toque al muerto, allí me puedo contagiar. Por qué se prohíben los velatorios, por el hábito, la costumbre, ir donde está el muerto, abrazarle, tocarle”, afirma el forense Dr. Pablo Lemir. 

Si no comprendemos asuntos tan simples, ¿cómo se desarrollará la sociedad? ¿Qué grado de confiabilidad pueden dar encuestas que preguntan cosas que la mayoría de la gente no entiende o entiende mal, aunque la pregunta sea tan simple? 

Un caso anecdótico: En una entrevista radial preguntaron: ¿Cuál es tu nombre…de dónde vienes? La entrevistada requirió: ¡Repetíme la pregunta por favor…! 

Dicen que hay logros; “saludable estabilidad macroeconómica Estamos bien ante el FMI…pero en el campo de la instrucción-educación fracasamos ruidosamente. Hace falta coraje para reconocer que nuestro talón de Aquiles es una liliputiense (chapí) educación. 

Verdad es que pobreza, delincuencia, violencia en todas sus formas es gravísima realidad. Si sumamos la extrema ignorancia (tavy) en cuestiones de temas básicas, estamos ante un gran problema. 

Así decimos con San Pablo: “no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero” (Rom 7-19), lo mismo que antes dijo el poeta Ovidio: "Veo lo mejor, y lo apruebo, pero hago lo peor" 

No quiero un país de corrupción, insolidario, cívicamente chato y antipatriota. ¡Ya no más alocado patrioterismo, motorizado por alcohol, trapo, farándula y pelota…para vivir despelotados, porque: 

¡La ignorancia y prepotencia son monstruos que nos está devorando...!

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