jueves, 2 de julio de 2015

ÉPOCA DE LA "FOTO INDISCRETA"

¿CULTURA  ESCLAVISTA  DE  LA   FOTO?


Hoy más que nunca, vivimos en un mundo en que el hombre pierde cada vez más espacio de su vida íntima, por consiguiente, la intimidad está desprotegida. El valor de la intimidad personal es víctima distintos modos:

- Por la “necesidad” a la que con frecuencia, el hombre de hoy está sometido -  ante
   cualquier operación, por más baladí que fuera el trámite- a entregar sus documentos
   personales, dirección, número de teléfono, etc. etc.
- Por la fuerza de los medios de comunicación social que a toda personas “públicas” y  
   no tan públicas, roban la vida privada.
- Por el espionaje a que es sometido cualquier hijo de vecino.. “¿Hay derecho a espiar   
   con la ayuda de una cámara oculta los hechos y gestos del prójimo y arrojarlos luego
   al mundo como plumas al viento?

Pregunta: ¿Las cámaras de televisión tienen que estar en todas partes y siempre, de tal forma que el que es espiado no tenga posibilidad de retirarse, y que sus hechos y sus gestos, su alegría y su dolor puedan ser observados sin compromiso, con el cuento que el público tiene derecho a la información?

Hay cosas íntimas que no deben ser publicadas: 1º) Porque no es incumbencia de nadie más que los protagonistas y, 2º) Nadie tiene derecho a violar la intimidad de las personas. Momentos íntimos como casos de enfermedad o muerte, “soltados” por las redes sociales sin consentimiento del o de los afectado, es reducir el acontecimiento a “morboso espectáculo”.

La cultura del vyroreí: aplausos, pose, palmaditas en la espalda, foto y pseudo fama, parece encandilar-estupidizar al homo sapiens del siglo XXI. Es así como tantos descerebrados filman incluso sus propios delitos, para luego ser detenidos y esposados y exhibidos ante cámaras de tv… convirtiéndose en campeones de la torpeza humana.

Así las cosas, que un imbécil exponga sus asquerosas fotos haciendo cualquier vyroreí, no deja de ser grosera burrada, por el hecho de que el autor, sea nomás luego, un gran idiota. Esta tilinguería, curiosamente comete también quien se vende como intelectual, degenerándose por tanto, en intelectualoide de pacotilla. ¿Para qué sirve un "intelectual" de esta calaña?

Un ejemplo de porquería entre miles: “Un joven identificado como Aarón Pino, de Baja California, subió una fotografía en la que se puede apreciar como posa para la cámara haciendo la señal del rock con su mano izquierda, mientras que en la derecha sostiene a un perro clavado en una pequeña cruz de madera”. ¿Dónde radica la decencia y el buen gusto es esta despreciable acción?

Otro ejemplo: “No quiero salir en fotos de Facebook. En el momento de las fotos ya advertí­ que no quería que esto ocurriera, pero una persona en concreto quiso convencerme de que no pasaba nada y seguramente cumplió con su propósito…. Estoy más que harta de esta situación; mi imagen, y lo que hago o dejo de hacer, NO ES PÚBLICA”.

Por lo poco dicho - y por lo mucho no dicho - pero conocido por todos, el momento actual ha sido calificado, con razón, como la “época de la indiscreción”. Sin declararnos contrarios a la tecnología y a sus avances, conviene defender el valor de la intimidad frente a toda intromisión en la vida privada ajena.

Para Umberto Eco, escritor y semiólogo italiano, autor del best seller "El nombre de la rosa"… las redes sociales generan una “invasión de imbéciles”. "El drama de Internet es que ha promovido al tonto del pueblo al nivel de portador de la verdad", sostiene el escritor italiano.  escritor y semiólogo italiano autor del best seller "El nombre de la rosa".

“Las redes sociales le dan derecho de palabra a legiones de imbéciles que antes hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la colectividad”, opinó. El ensayista sostuvo que “enseguida (a éstos) los callaban, mientras que ahora tienen el mismo derecho de palabra de un premio Nobel“Es una invasión de imbéciles”, completó. 

Particularmente, soy favorable a la tecnología provechosa, y no a la colosal estupidez humana

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