No
es novedad que el pueblo – en general -, aquí y allá; antes y ahora, ha sido
engañado por quienes buscan con angurria el poder. La cotidiana
experiencia, con indecible desfachatez, nos muestra cómo los políticos hartan, prometiendo un modelo diferente, de prosperidad sociedad y económica si acceden al
cargo.
Para
ello, mendigan nuestros votos, nos visitan y hasta consigue con alguien algún
empleo fugaz, que tal vez durará hasta que
termine el conteo de votos. En estos días previos al domingo 26.07.15 (fecha de
elección), ojos y oídos sufren al ver y escuchar a diferentes candidatos,
promesas de cambios. ¡Accederemos a la salud, ya no más niños en las calles, la
seguridad será algo que recuerde al
paraíso edénico, etc., etc.
Y al
mismo tiempo, no paran las acusaciones de grueso calibre entre propios
correligionarios de este o aquel signo político. Los medios de información
confirman lo expuesto. Entonces, se pone en marcha el consabido “arte de mentir y la estrategia de desmentir”
constituyendo históricamente un sabio proceso de aprendizaje, eminentemente
práctico, para todo gobernante”. (cfr.
F. Javier Bláquez-Ruiz – Estrategias de poder p, 136).
La
pregunta es: ¿Por qué creer ahora, en alguien que hace tiempo está en el poder
y no ha cumplido su promesa? ¿Por qué un inepto candidato logra vender, otra vez sus
promesas? ¿Por qué “compramos” tantas mentiras, siendo conscientes que somos engañados?. Maquiavelo nos responde así: “Los
hombres son tan simples, y se someten hasta tal punto a las necesidades
presentes, que quien engaña encontrará siempre quien se deje engañar”.
Pero, en la hora presente, es de
provecho meditar lo que sigue: “La venida del Señor y el hombre de pecado (....) para los que se pierden, porque no recibieron el
amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les enviará un poder
engañoso, para que crean en la mentira, a fin
de que sean juzgados todos los que no creyeron en la verdad sino que se
complacieron en la iniquidad”. (2ª Tes. 2, 10-12).
Repito lo que decía el
Padre Lebret: “Para el cristiano la política nunca puede ser otra cosa
que la ciencia, el arte y la virtud del bien común”. Necesitamos
políticos de talla, para que, donde no hay amor, ponga amor; donde hay robo,
ponga honestidad; donde haya mentira, ponga verdad; donde hay mbareté, ponga respeto.
Es difícil tarea en esta democracia que camina lenta, insegura, enclenque;
pero hay que seguir adelante y madurar.
“No quiero llegar a gobernar mi pueblo
con engaños y mentiras como muchos políticos, me conocen y saben que al
igual que he sacado mi casa para adelante, ahora estoy dispuesto a darlo todo
por trabajar por mis vecinos, que cada mañana que me levante tenga
un asunto y un problema resuelto para que aquí vivamos mejor”, asegura
Pedro Fernández, candidato a la Alcaldía de San Isidro por Foro Ciudadano.
De donde se concluye que un candidato ha
de dar testimonio de vida familiar y social. Debe conocerse el origen de sus
bienes y ser reconocido por su solidaridad. ¿Tienen estas cualidades nuestros candidatos?.
El Papa Francisco en una audiencia que dio a los
delegados pontificios el 26.08.13, mencionó la frase de santo Tomas de Aquino: “si es santo que ore por
nosotros, si es sabio que nos enseñe, si es prudente que gobierne”
De mi parte - aunque no es santo de mi
devoción - me quedo con lo dicho por Friedrich Nietzsche: “Lo que me preocupa no es que me
hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti”
y de paso, evitar decir: ¡Pero qué mentiroso que sos! (papa
Francisco, el 11.07.15 en Asunción).
No hay comentarios:
Publicar un comentario