¿MANTENGO O PIERDO MI
FE?
Otro santo que vivió en
tiempos MUY difíciles también puede ayudarnos. San Francisco de Asís vivió alrededor
del año 1200, época de inmoralidad terrible en Italia central. Los sacerdotes
daban ejemplos espantosos. La inmoralidad de los laicos era aún peor. San
Francisco mismo, siendo joven, había escandalizado a otros con su manera
despreocupada de vivir.
Pero, se convirtió al
Señor, fundó a los Franciscanos, ayudó a reconstruir la Iglesia y llegó a ser
uno de los más grandes santos de todos los tiempos. Una vez, uno de los
hermanos de la Orden de Frailes Menores le hizo una pregunta. Este hermano era
muy susceptible a los escándalos. "Hermano Francisco," le dijo,
"¿qué harías tu si supieras que el sacerdote que está celebrando la Misa
tiene tres concubinas a su lado?" Francisco, sin dudar un sólo instante,
le dijo muy despacio: "Cuando llegara la hora de la Sagrada Comunión, iría
a recibir el Sagrado Cuerpo de mi Señor de las manos ungidas del sacerdote."
Así que lo que Francisco estaba diciendo que no iba a permitir que la maldad o inmoralidad del sacerdote lo llevaran a cometer suicidio espiritual. Cristo puede seguir actuando y de hecho actúa incluso a través del más pecador de los sacerdotes. ¡Y gracias a Dios que lo hace!. Y es que si siempre tuviéramos que depender de la santidad personal del sacerdote, estaríamos en graves problemas.
Jerarquía y fieles tienen que
actuar mejor para tratar estos casos cuando sean reportados. Hoy la situación
es mucho mejor de lo que fue en los años ochenta, pero siempre puede ser
perfeccionada. ¡La única respuesta adecuada a este terrible escándalo, -, como
San Francisco de Sales reconoció en 1600 e incontables otros santos han
reconocido en cada siglo-, es la SANTIDAD!
Indudablemente habrá
muchas personas que hoy dirán: "¿Para qué practicar la fe, para qué ir a
la Iglesia, si la Iglesia no puede ser verdadera, cuando los elegidos son
capaces de hacer cosas malas?" Este escándalo es como un perchero enorme
donde algunos trataran de colgar su justificación para no practicar la fe.
Estos son tiempos duros
para ser sacerdote hoy. Son tiempos duros para ser católicos hoy. Pero también
son tiempos magníficos para ser un sacerdote hoy y tiempos magníficos para ser
católicos hoy. Jesús dice en las bienaventuranzas que escuchamos hoy:
"Bienaventurados serán cuando los injurien, y los persigan y digan con
mentira toda clase de mal contra ustedes por mi causa.
Algunas personas predicen
que en esta región la Iglesia pasará tiempos difíciles y quizá sea así, pero la
Iglesia sobrevivirá, porque el Señor aseguró de que así será. Una de las más
grandes réplicas en la historia sucedió justamente hace unos 200 años. El
emperador francés Napoleón dijo una vez al Cardenal Consalvi:"Voy a
destruir su Iglesia" El Cardenal le contestó: "No, no podrá".
Napoleón dijo otra vez:
"¡Voy a destruir su Iglesia!" El Cardenal dijo confiado: "No, no
podrá!. Ni siquiera nosotros hemos podido hacerlo!" Si los malos Papas, los sacerdotes infieles y
miles de pecadores en la Iglesia no han tenido éxito en destruirla desde su
interior…. ¿cómo cree que Ud. va a poder hacerlo?. El Cardenal apuntaba a una
verdad crucial. Cristo prometió que las puertas del infierno no prevalecerían
sobre Su Iglesia. ¡Por eso, nunca perdamos la fe en el Señor! ¡Es Su Iglesia!
Aún cuando algunos de Sus elegidos lo hayan traicionado.
¡Este es un tiempo en el
que todos nosotros necesitamos concentrarnos en que: ¡Estamos llamados a ser
santos y cuánto necesita nuestra sociedad ver ese rostro hermoso y radiante de
la Iglesia! . El
papa Francisco, en Río de Janeiro, que enfrenta el desafío de revitalizar la
Iglesia, pidió a de miles de jóvenes católicos que lo aclamaron en la playa de
Copacabana conservar la fe pese a los malos sacerdotes.
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