miércoles, 8 de julio de 2015

BIEN COMÚN: OBRAS SON AMORES

 NO   SOLO  BUENAS   INTENCIONES….

El imperativo categórico de la Fundadora del Movimiento de los Focolares (1920-2008) Chiara Lubich era: “Obra de tal modo que no tengas que arrepentirte, en aquella hora, de haber amado demasiado poco”.

En el día 1º de mayo, en que la Iglesia celebra la Fiesta de San José obrero y en la Jornada internacional del trabajo, el Papa dijo: “Les pido a quienes tienen responsabilidad política de no olvidar dos cosas: la dignidad humana y el bien común”. 

En nuestra ciudad y en todo el país, abundan lugares que se han convertido en puestos de basura por personas que se dedican a este menester, como los carriteros, y no carriteros quienes todos los días, desde sus vehículos arrojan desperdicios a la vera del camino. Porque, ¿cómo se explica, aquí y allá, la cantidad de “vertederos callejeros”?

Otro atentado al bien común: La paz. Insultante y prepotente  agresión de quienes en pandillas y al mando de sus ruidosas motocicletas, - cuando no con automóviles - realizan peligrosas piruetas, tomando por asalto las avenidas de la ciudad, poniendo en riesgo sus vidas y la de transeúntes que nada tienen que ver con el desatino de estos inadaptados, especialmente los días domingos.

Qué significa para esta fauna el sagrado derecho a descansar, quienes trabajamos, así como el derecho que le es debido a la persona enferma o quien simplemente desea paz en su hogar. El antídoto más seguro contra la chusma y sus pasiones desenfrenadas consiste en asegurar el cumplimiento de las disposiciones legales.

Como si no fuera suficiente con los desperdicios, muchas calles están llenas de baches y cráteres cubiertos con agua servida. (en muchos casos arrojadas por propios vecinos)
Estos despropósitos nos convencen que existe y sufrimos un gran dilema. Hay grave problema de conciencia ciudadana: ingente chatura cívica.

Nada digamos de propietario de patios baldíos que por irresponsabilidad apeligran la salud pública. También, quienes quemando basura, inundan al vecindario de humo y desagradables olores… y las perlas de nuestra alegre fauna guaraní, puede seguir…

¿Dónde están las autoridades, quienes, frente a cualquier micrófono o cámara, hablan de libertad y democracia, mientras, por inoperancia nos hunden cada vez más en la desgracia, al no aplicar la ley a infractores? ¿Cómo es posible que estos transgresores hagan lo que quieran sin ser mínimamente importunados?

Hace falta que las autoridades cumplan su rol, pues nadie los ha obligado a ocupar los cargos que ostentan; han pedido votos y han prometido servir a la ciudadanía, y se lo hemos dado. Es necesario, por consiguiente, que no se desentiendan de sus obligaciones y apliquen ejemplares multas a los irresponsables, potenciales asesinos de inocentes.

El premio Nobel Camilo José de Cela: “Hay que huir de las actitudes testimoniales, de los gestos inoperantes y grandilocuentes”. Y el muy recordado Juan Pablo II decía: “El infierno está lleno de buenas intenciones y el cielo de buenas obras.”

Como ya lo dijera hace cinco años, me niego a permanecer callado ante tanta bestialidad, sólo por no caer antipático. En fin, me niego a aceptar como “algo normal” lo que está mal. Obras son amores y no meras justificaciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario