¿Cuál de ellos preferimos?
¡Estamos saciados de atrocidades!,
repetía indignado aquel guardia de seguridad, al tiempo que me
enseñaba una hoja de diario, en la cual leía: “En Anticorrupción, el 50% son jefes o directores (diario
ABC Color - 26.07.14):
“La Secretaría
Nacional Anticorrupción (Senac) cuenta con apenas siete funcionarios
permanentes, de los cuales cinco ostentan cargos de directores y algunos de
ellos ni siquiera tienen personal a su cargo. La nómina se completa con la
titular de la institución, Soledad Quiñónez, y una secretaría general. Soledad
Quiñónez, ministra de la Secretaría Anticorrupción”…..
“De acuerdo a la planilla publicada por la
entidad en su página web, la Senac cuenta actualmente con siete funcionarios
permanentes, de los cuales cinco ocupan cargos de director (dos directores
generales y tres directores); los otros dos funcionarios permanentes son la
ministra y la secretaria general. Todos cobran sueldos que oscilan entre los G.
8 millones y los G. 24 millones…”
¿Por qué gritar
¡viva Paraguay! como
si tuviéramos un Paraguay común, sabiendo que hay un anti-Paraguay
nietzscheano, de quienes se creen pertenecer a una casta de hombres superiores,
por encima de las leyes y de toda obligación moral?
¿Por qué gritar ¡viva el Paraguay!,
cuando el mismo presidente de la República, Horacio Cartes, “instó a acabar con el robo en las
instituciones públicas, las cuales deben estar al servicio de la ciudadanía, en
forma indirecta, y haciendo alusión a la polémica desatada por el festín de los
funcionarios públicos (….) el titular del Poder Ejecutivo sostuvo que algunas
personas confunden el bien público con su propio patrimonio. (Concepción abc
26.07.14).
Con otras palabras, por qué vivir
aceptando el perverso dogma que
muchos funcionarios públicos han de ser, nomás luego, los peces grandes – con inmoral remuneración a costa del pueblo
– que para seguir moviéndose deben comerse a los peces chicos – escuálido y
desnutrido sueldo de la mayoría. Es
decir, el fuerte devora al débil para mantener sus fuerzas…¿Es este el
anti-Paraguay que queremos?
Finalmente, ¿seguiremos con el ¡viva
Paraguay! para que todo siga igual; para que sigamos siendo ciudadanos
acríticos; sin saber o sabiendo, que no es lo mismo el Paraguay de estafadores de
ilusión, que viven para su vientre y su vientre vive para ellos…sin atinar, al
menos, a cortar el vicioso círculo…. que uno es el Paraguay y que otro, es el
anti Paraguay?
Apostemos por aquella recordada idea: “Paraguay
jaipotava, ñandé mante jajapota” Pulvericemos la maligna guarida social
que hemos construido: “la del querer siempre y cada vez más, al punto de participar
de la loca carrera del adquirir y ostentar más…. en el menor tiempo posible… sin
interesar los medios”.
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