miércoles, 2 de julio de 2014

SECULARIZACIÓN

¿Qué entiendo…?

Aunque frecuentemente utilizado, existe, al parecer, una necesidad de consenso para definirla. Se advierte tal dificultad, en el colectivo y también en aula. La palabra “secularización” viene del latín saeculum, que originalmente significaba siglo.

En verdad, tenía razón Ortega y Gasset al advertir: "¡Cuidado con los términos, que son los déspotas más duros que la Humanidad padece!". Un estudio del lenguaje, por somero que sea, nos revela que "las palabras son a menudo en la historia, más poderosas que las cosas y los hechos". (Heidegger)

En latín eclesiástico, pasó a entender como “mundo”. Secularización, por tanto, se entendía algo así como “pasar de la Iglesia al mundo”.

La palabra secularización (con significado jurídico) aparece por primera vez en 1648, en los tratados conocidos como “Paz de Westfalia”, que pusieron fin a la Guerra de los Treinta Años. Se trataba entonces de la “secularización de los bienes eclesiásticos”, entendiéndose por tal que ciertos territorios, pertenecientes a distintos monasterios, fueron transferidos a Brandenburgo, es decir, pasaron de la Iglesia al “mundo”

En el S. XVIII, por secularización se entendía (por ejemplo) cuando los clérigos pasaban a la condición laical, que era como pasar de la Iglesia al “mundo”. En el S. XIX, el término recibió significado cultural. Muchas tareas realizadas por la Iglesia, fueron asumidas por la sociedad. (Pasaron de la Iglesia al “mundo”).

Así las cosas, el Estado y la Sociedad fueron secularizadas: hoy, el Estado ya no está ligada a la religión, y en las sociedades modernas, no hace falta la misma religión para vivir juntos, porque es suficiente ponerse de acuerdo en unos objetivos apoyados en la razón y respeto mutuo entre ciudadanos, cualquiera sea su creencia o no creencia.

También se habla de la secularización de la economía. Antiguamente, – y cualquiera lo sabe – la economía guardaba relación con lo sagrado. Fertilidad de la tierra, lluvia, sequía, siembra, etc, requería de ritos sagrados. Incluso, a la unión sexual del rey con la pitonisa se atribuía la fertilidad de los campos.

Hoy, en vez de agua bendita, los cultivadores de soja y demás productos, prefieren “bendecir” sus grandes extensiones de cultivo, con fertilizantes químicos – con mejores resultados, es decir, los campos pasaron de la Iglesia al “mundo.

En sociedades medievales, la mayoría de las instituciones - entre ellas la educativa– dependían de la Iglesia. Baste recordar que los capuchinos fueron los primeros bomberos de París y el derecho Catalán, reconoce a los Párrocos, funciones notariales.

Hoy ya no es así. La Iglesia ha ido cediendo cada vez más protagonismo al Estado en los campos educativo, sanitario, de servicios sociales. Hablamos entonces de secularización de las instituciones, es decir, pasaron de “la Iglesia al mundo”.

Luego de estas breves consideraciones, podemos definir decir que secularización: “Es el proceso por el cual diversos ámbitos de la vida social son sustraídos a la dominación que la Iglesia venía ejerciendo sobre ello”. (Cfr. Luis González-Carvajal “Ideas y creencias del hombre actual”, p 44-45). 

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