¿Cuál de ellos preferimos?
Algunas reacciones tomadas por ciertos
políticos, como el caso de Blas Llano para corregir el “saqueo legal”
(escandalosas remuneraciones en el funcionariado) del desprestigiado Congreso, entre
otros atisbos tenidos por medianamente positivos, ciertamente es síntoma de
pretensión por acceder a alguna salud cívica.
En la espinosa “cancha” de las moralidades
e inmoralidades, vividas o des-vividas
por la ya larga y pertinaz sequía de valores y virtudes, cualquier pretensión de
explayarse en este campo – sin duda – resulta más que ambicioso, molestoso. Y
nada digamos si tomamos en cuenta el título del comentario: Un Paraguay y otro
anti-Paraguay.
Un partido de futbol puede derivar en
complejos mecanismos de control, como la manipulación, la persuasión, las
cortinas de humo, las válvulas de escape e incuso la confrontación por parte de
su “majestad” el fútbol, según el doctor en antropología e investigador de la
Universidad Iberoamericana, Roger Magazine...
El especialista considera que la
manipulación no es tan obvia como para que las personas puedan resistir o
quejarse. “Mucha gente dirá: si esto es
manipulación, no está mal”. Me gusta ver el fútbol por televisión”. (A mi modo de ver esta adicción-posición
corresponde al anti-Paraguay)
Jaime Viaña, psicoanalista y académico de la UNAM señala que el considerable
espacio asignado a la sección deportiva en los medios de comunicación cumple
con una función ideológica. Se trata de la antigua receta romana: “Al
pueblo, pan y circo”. Imposición cultural. El papel de los medios impone
patrones culturales.
La “futbolización” del Estado. Para el Estado, el deporte, y el fútbol en especial,
juega un papel sumamente importante y múltiple como forma de control de la
población. A la masa, la enajena y la “hace feliz” al impedirle ensimismarse en
sus problemas reales y tomar conciencia de su situación de explotada, marginada
y humillada. Le ahorra la preocupación de buscar una salida a su condición de
paria, sostiene el sociólogo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM),
Arturo Palacios Aguirre.
Por otro lado, el anti-Paraguay se
evidencia en titulares de prensa escrita como: “MOSTRARÉ COLA FRENTE AL DIARIO”. ...... “Me voy a
colocar enfrente de Multimedia y voy a mostrarle a todos por qué soy la nueva
Miss Tanga a toda la gente que esté pasando por ahí”
“ME SACO LA TANGA” ....“Si yo
llego a salir Miss Tanga, ahí en el momento que me ponen la corona ¡me saco la
tanga! Ahí mismo, en Face’s y a disfrutar la noche”, es posíble naaaa!!! “LO
QUE EL PÚBLICO ME PIDA” ..... “Guauuu, si llego a salir Miss Tanga
hago lo que el público me pida, cualquier cosa, hasta posar en tanga en la
terraza del Multimedia, no sé”.
La
pregunta: ¿Qué aporta a nuestros niños y jóvenes estas bazofias faranduleras en
este postrado país? ¿No es este el anti-Paraguay? ¿Por qué no volvemos a reforestar
este querido suelo nacional con los valores fundamentales de de nuestra identidad
nacional y contrarrestar la ya muy larga colonización de indecentes gustos y disgustos
foráneos?
El fútbol y la enanizada farándula no han logrado borrar el sufrimiento
que soporta la mayoría del pueblo paraguayo: Inundación, secuestro, falta de recursos
mínimos en hospitales, calles en mal estado, inseguridad y violencia, etc, etc,
etc.
Apostemos por un Paraguay
de paraguayos gallardos, respetuosos, solidarios y valientes como decimos que así
hemos sido en tiempos idos. ¡Desterremos el anti-Paraguay!.
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