sábado, 8 de marzo de 2014

AYUNO


¿Para Qué, qué Sentido Tiene?

Siguiendo con las reflexiones de la Cuaresma, oigamos al profeta Isaías decir:  Este es el ayuno que yo amo: si eliminas de ti todos los yugos, el gesto amenazador y la palabra maligna; si ofreces tu pan al hambriento y sacias al que vive en la penuria, tu luz se alzará en las tinieblas y tu oscuridad será como el medio día (…)

Tú serás como un jardín bien regado, como una vertiente te agua, cuyas aguas nunca se agotan. (…) Si dejas de hacer tus negocios en mi día santo;… y al día del Señor lo llamas “Honorable”; si lo honras absteniéndote de traficar, de entregarte a tus negocios y de hablar inútilmente, entonces te deleitarás en el Señor” .… (Isaías 58, 9b-14).

Oportuno es, a propósito, tomar en cuenta las sugerencias de Benedicto XVI, quien, responde a la pregunta ¿qué sentido tiene el ayuno?, diciendo:

El ayuno al que la Iglesia nos invita en este tiempo fuerte, no brota de motivaciones de orden físico o estético, sino, de la necesidad de purificación interior que tiene el hombre, para desintoxicarse de la contaminación del pecado y del mal; para formarse en las saludables  renuncias que libran al creyente de la esclavitud de su propio yo (…)

Por esta razón, la tradición cristiana considera el ayuno y las demás prácticas cuaresmales como “armas” espirituales para luchar contra el mal, contra las malas pasiones y los vicios”. (Homilía, Miércoles de Ceniza. 2007 - Benedicto XVI).

Quizás, si nos adentramos en espíritu de recogimiento, podamos decir con B. Pascal:
El conocimiento de Dios sin el de nuestra miseria produce orgullo. El conocimiento de nuestra miseria sin el conocimiento de Dios produce desesperación

Repetimos lo dicho por el gran maestro Emmanuel Mounier: “Ser cristianos no es hacer cosas extraordinarias, pretendiendo ser extraterrestre, basta hacer las cosas habituales de “otro modo”, evitando colaborar con el mal. Basta con pensar en la MISIÓN antes en la SEGURIDAD.

Por lo dicho precedentemente, se puede deducir sin lugar a dudas que, ser cristiano es muchísimo más difícil que desempeñar cualquier otra profesión en la vida, habida cuenta que el cristianismo no es un gnosticismo (sistema filosófico religioso que pretende poseer un conocimiento completo de la naturaleza y atributos de Dios); no predica una salvación por el conocimiento. El cristianismo es un estilo de vida, una forma de pensar, de decir, de hacer, y por consiguiente, de ser. (cfr. C. Díaz Corriente Arriba – p. 85)

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