¿Para Qué, qué Sentido Tiene?
Siguiendo con las reflexiones de la
Cuaresma, oigamos al profeta Isaías decir: “Este
es el ayuno que yo amo: si eliminas de ti todos los yugos, el gesto amenazador
y la palabra maligna; si ofreces tu pan al hambriento y sacias al que vive en
la penuria, tu luz se alzará en las tinieblas y tu oscuridad será como el medio
día (…)
Tú
serás como un jardín bien regado, como una vertiente te agua, cuyas aguas nunca
se agotan. (…) Si dejas de hacer tus negocios en mi día santo;… y al día del
Señor lo llamas “Honorable”; si lo honras absteniéndote de traficar, de
entregarte a tus negocios y de hablar inútilmente, entonces te deleitarás en el
Señor”
.… (Isaías 58, 9b-14).
Oportuno es, a propósito, tomar en
cuenta las sugerencias de Benedicto XVI, quien, responde a la pregunta ¿qué
sentido tiene el ayuno?, diciendo:
“El ayuno al que la Iglesia nos invita en
este tiempo fuerte, no brota de motivaciones de orden físico o estético, sino,
de la necesidad de purificación interior que tiene el hombre, para
desintoxicarse de la contaminación del pecado y del mal; para formarse en las
saludables renuncias que libran al
creyente de la esclavitud de su propio yo (…)
Por esta razón, la tradición cristiana
considera el ayuno y las demás prácticas cuaresmales como “armas” espirituales
para luchar contra el mal, contra las malas pasiones y los vicios”. (Homilía, Miércoles
de Ceniza. 2007 - Benedicto XVI).
Quizás, si nos adentramos en espíritu de
recogimiento, podamos decir con B. Pascal:
“El conocimiento de Dios sin el de nuestra
miseria produce orgullo. El conocimiento de nuestra miseria sin el conocimiento
de Dios produce desesperación”
Repetimos lo
dicho por el gran maestro Emmanuel Mounier: “Ser cristianos no es hacer cosas
extraordinarias, pretendiendo ser extraterrestre, basta hacer las cosas
habituales de “otro modo”, evitando colaborar con el mal. Basta con pensar en
la MISIÓN antes en la SEGURIDAD.
Por lo dicho
precedentemente, se puede deducir sin lugar a dudas que, ser cristiano es
muchísimo más difícil que desempeñar cualquier otra profesión en la vida,
habida cuenta que el cristianismo no es un gnosticismo (sistema filosófico religioso que pretende poseer
un conocimiento completo de la naturaleza y atributos de Dios); no predica una
salvación por el conocimiento. El cristianismo es un estilo de vida, una
forma de pensar, de decir, de hacer, y por consiguiente, de ser. (cfr. C.
Díaz Corriente Arriba – p. 85)
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