¿Dar lo debido…a quién... y qué es lo debido?
El diccionario Cristiano
dice: (Justicia - ius, el derecho). Se supone que viene de una raíz indoeuropea
ye,
fórmula sagrada que se habla en el término védico yob, ¡salud!. Evocaría,
en primer lugar, las buenas relaciones entre los hombres y entre la divinidad.
La Biblia entiende en dos
sentidos, según dos corrientes de pensamientos que recorren sensiblemente todo
el Libro Sagrado. Se llama justo al
hombre que da a cada uno lo que le es debido, y religiosamente, al que observa
íntegramente los mandamientos de Dios.
En el lastimado y enclenque
concepto de justicia al uso, ¿qué es para cada uno lo suyo? Y
¿Cuándo puede decirse que reina la justicia en un pueblo?. El lugar propio de la justicia es la sociedad, la vida común, en y con las
personas. Reina la justicia en el pueblo cuando nadie hay en él que sea
demasiado rico ni demasiado pobre, avisa J. Pieper, en Virtudes
Fundamentales, p. 121.
Se cacarea tanto – y
cualquiera lo hace – de la justicia distributiva, que ya no es posible esquivar
referencias al poder político, sobre quien recae el “distribuir con justicia”,
en primerísimo lugar, la justicia .…
¿Cómo se explica que hace cuarenta años o más, todavía haya gente reivindicando
un pedazo de tierra en Paraguay?
El mayor infortunio es el
poder injusto, porque “todos” dependen de que los gobernantes sean justos.
Justicia No es imposición de derechos… pero en un mundo como el nuestro, el
derecho de quien tiene apellidos largos, raros y difíciles de pronunciar,
priman sobre los apellidados González, Benítez, Báez, etc. Y nada digamos si
éstos, carecen de recursos económicos…
Una cosa que no se debe
dejar de tener en cuenta a saber – afirma J. Pieper en “Las Virtudes Fundamentales”
p. 146: “que el sentido de grandeza y la dignidad de la soberanía y el gobierno,
ha sufrido menoscabo en la conciencia general desde que los “intelectuales” de
los últimos cien años, se dedicaron a ironizar tanto sobre el “principado”,
como sobre el “súbdito”, con el resultado de que apenas sí es posible ya
pronunciar siquiera estas palabras, ni pensar en ella sin prevenciones”
(146)
El Congreso aprueba leyes
descabelladas (ITV- SOAT, etc) para poco tiempo después, derogarlas por
inaplicables e injustas. ¿Qué prudencia, qué justicia es esa? ¿Es posible mayor
desatino?
Santo Tomás afirma que “las
leyes que no sirvan al verdadero bien común carecen de toda fuerza obligatoria”
¿Qué es para muchos de nuestros políticos y autoridades el Bien Común?
Si la mayoría del todo
social carece de educación, salud, seguridad, vivienda, agua potable,
cultura cívica…¿de qué justicia se habla?
Por declararme insolvente e
incapaz de seguir con la “justicia”, culmino abruptamente el comentario,
anticipando pedido de indulgencia y tolerancia al amable lector.
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