miércoles, 19 de marzo de 2014

CORRUPCIÓN Y POLÍTICA

¡Cuánto Daño!

Una de las magníficas materias enseñadas por el apreciado maestro Prof. Secundino Núñez era la Ética. Habló una y muchas otras veces de cuánto daño provoca la corrupción política. Como una tarea para reflexionar, nos ha dejado el siguiente mensaje:  “Nunca ha sido fácil la política; ni para convivirla ni para conducirla adecuadamente. Como esos aparatos electrónicos, complejos y delicados, necesitan de mucho cuidado y continuo mantenimiento. La política es arte, ciencia y virtud que en este mundo de hombres ni abundan ni andan juntas.


Es difícil realizarla y mantenerla, sobre todo en los momentos de crisis y violencia, porque en esos momentos las inteligencias se vuelven chatas, los apetitos hacen fiebre y cada uno quiere hacer justicia por propia mano.

Entonces, la gente maldice a los políticos y hasta condena la misma actividad política, diciendo y gritando que es cosa inútil y simple estorbo - cuando no, cosas de mayor calibre. Es natural y lógico que la corrupción de la política traiga consigo inevitablemente quebranto y daño a la familia humana.

Pero debemos preguntarnos con algún detenimiento y atención: en qué consiste la corrupción de la política. Y, él mismo contestó: Faltando o mermando el recuerdo y aprecio del bien común, los valores y los amores ciudadanos se disparatan.

Este olvido y menosprecio del bien común toma comienzo en la conducta de los dirigentes políticos, que de espaldas al pueblo se vuelven hacia el poder, sin otras miras que el usufructo rápido y fácil de las facilidades que le da el alto mando.

Y se suele decir que el poder corrompe, lo cual es mucha verdad, no porque el poder en sí mismo sea perverso, sino por las ocasiones y tentaciones a que nos somete. Y pocos, muy pocos, son los que rectos y firmes muestran entereza en medio de tantos halagos de enriquecimiento fácil. (…)

Por consiguiente, es fácil entender que la corrupción de la política trae consigo un inmenso y profundo Daño material y Daño moral, porque con los malos ejemplos de cada día siente tentaciones de robar y de mentir. La misma violencia que impunemente se comete a diario le va anestesiando la conciencia y andando los días dentro de esta atmósfera maligna, dada la ocasión, no les costará mucho herir y derramar sangre.

La corrupción de la política trae consigo incalculable daño espiritual. Porque el corazón del hombre se llena de desconfianza, se ahoga con la amargura y los quebrantos y hasta las ganas de rezar se le enflaquecen. Y el horizonte de cielo, que es Dios, también se cubre con densas nubes.

Así culminó una de las sabrosas clases del profesor S. Núñez. ¡Gracias Maestro!

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