domingo, 30 de marzo de 2014

PRUDENCIA

¡Madre de las Virtudes
Se enseña que la Prudencia es madre y fundamento de las virtudes cardinales: justicia, fortaleza y templanza. Por consiguiente, se concluye que, sólo el Prudente será Justo, Fuerte y Templado.

Dice Santo Tomás: “Lo primero que se exige de quien obra, es que conozca”. Por tanto, quien ignora cómo son y están verdaderamente las cosas, no puede obrar bien, pues el bien es lo que está conforme con la realidad. Y todo pecado es en cierta manera, una contradicción de la prudencia. (cfr. Las Virtudes Fundamentales – Josef Pieper - p. 16).

El diccionario del Cristiano dice: (Prudencia es providencia, previsión). Virtud por la cual la razón delibera, juzga y ordena (a uno mismo o a otro) la conducta que hay que seguir en un caso particular, para llegar a un fin determinado. Virtud de la razón práctica, la cual no es justa si no es arrastrada por una voluntad recta (…)

La prudencia es virtud de las iniciativas, de las responsabilidades, de las empresas generosas (…) Virtud del hombre libre (…) es la virtud evangélica por excelencia.

Pero el hombre de hoy desliza “hábilmente” hacia otras interpretaciones el verdadero sentido y significado de la prudencia, prostituyéndola. Así por ejemplo, el “prudente” es quien logra esconder su adulterio, ladrón sigiloso, “buenito”, practicante de la ética de la “conveniencia”, es decir, el que logra no ser “pillado”… todavía.

“Prudente” también es el “letradito” que se cuida de no tener que pasar por el “apuro de tener que demostrar ser valiente”: En síntesis, el prudente es nomás luego, el “capo, astuto, experto” en eludir responsabilidades, el que siempre llega atrasado cuando las “papas queman”.

Sin embargo, Prudente es quien hace bien las cosas, el comedido, el que hace y habla con juicio. ¿Hace bien alguien que ataca, juzga y acusa sin pensar? ¿Hace bien el que molesta al otro con polución sonora (equipo de sonido estridente) …. Quién contamina el ambiente (quema basura en casa o en la calle) entre otras “perlas” tan propias de nuestra fauna guaraní?

Concluimos que de dos maneras el hombre falla contra la prudencia: (1) Negando u omitiendo alguna obligación (oñembotavy, i japysapé, hesakuapé), por cobardía o comodidad. (2) Logrando un fin recto, pero caminos torcidos (letradito po karé) Ej. Siendo “muy generoso”... con el dinero ajeno; aprovechando el cargo…pero, sin tocar un solo guaraní de su bolsillo.


Recordemos que – dice J. Pieper, p, 58 - hay decisiones negras y diáfanas. Estas decisiones tomarán quienes viven de acuerdo con la verdad, porque se acercan a la luz para que se vea que todo lo  hacen de acuerdo a la voluntad de Dios. (cfr. Jn 3,21). Aquellas decisiones negras, corresponden a quienes compiten día y noche – sobre todo en la noche - para ganarse un escaño en el primer anillo del karaí, enemigo del bien.

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