HACIA LA TIERRA
PROMETIDA
El pueblo de Dios tardó cuarenta años en pisar la tierra prometida (Ex. 16, 35). En sus etapas hacia la misma, padeció sed y hambre. Sintió nostalgia de los melones de Egipto. Sintió con fuerza el hastío. No faltaron circunstancias adversas, en las cuales sufrieron la tentación de infidelidad.