Alguien, ya en julio de 2000, me hizo llegar valiosas sugerencias que podrían ayudarme a desarrollar un esclarecido convivir, las difíciles relaciones interpersonales. Las comparto con viva complacencia:
Tú vida es un juego en el que haces de malabarista (como vemos en los semáforos de cualquier calle) con cinco bolas que arrojas al aire: Estas son: el “trabajo”, la “familia”, la “salud”, los “amigos” y el “espíritu”.
El trabajo, es como una pelota de goma. Si se te cae, rebota. Puedes recuperarlo. Pero las otras cuatro: familia, salud, amigos y espíritu, son de vidrio. Si caen se romperán y nunca volverán a ser las mismas. Por consiguiente, comprende y busca el equilibrio de tu vida. ¿Cómo?....
- No disminuyas tu propio valor comparándote con los demás. Todos somos diferentes y esta realidad nos hace un ser especial, únicos e irrepetibles.
- No fijes tus objetivos según lo que “otros” consideren importante. Sólo tú puede elegir lo que es importante para ti.
- No dejes escurrir la vida de entre tus dedos, por vivir en el pasado o en el futuro. Si vives un día a la vez, ¡vivirás todos los días de tu vida!.
- No abandones lo que todavía eres capaz de hacer, esforzándote un poco más. Eso es excelencia. No
intentar hacer lo que puedes, es mediocridad.
intentar hacer lo que puedes, es mediocridad.
- No temas admitir tus errores. La humildad nos mantiene unidos. Nadie es perfecto.
- No temas enfrentar los riesgos de la vida. Es corriendo riesgos que aprendemos a ser valientes.
- No excluyas de tu vida al amor, diciendo que no se lo puede encontrar. Hay mayor felicidad en dar que en recibir, dice la Sagrada Escritura. Y no olvides, que la forma más rápida de quedarte sin amor es, aprisionándolo demasiado; y la mejor forma de mantenerlo, es dándole alas.
- No corras mucho ni tan rápido por la vida, tanto que llegues a olvidar, no sólo dónde has estado, sino también, a dónde vas.
- No temas seguir aprendiendo. El conocimiento es muy liviano y no ocupa lugar. Es un tesoro que se lleva fácilmente y nadie te podrá robar.
- No malgastes inútilmente tu tiempo y palabras, porque no se pueden recuperar. La vida no es una carrera, sino, un viaje que, con prudencia, debes disfrutar a cada paso.
Y, finalmente, graba es tu mente esta gran verdad: “El ayer es historia. El mañana es un misterio. El hoy es un regalo”. Por eso se lo llama “el presente”
Vivamos entonces el presente, con mucha alegría y convicción, en la certeza que estamos muy bien guardados en el hueco de las bondadosas manos de Dios (al decir, desde la distancia) de un queridísimo hermano en la fe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario