miércoles, 20 de septiembre de 2017

TILINGUERÍA LINGÜÍSTICA…

¿NUEVO “BECERRO DE ORO”?

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El 27.01.2011 (Última Hora digital), bajo el título “Devastadoras del Idioma”, ya me había referido a groseros y desagradables errores gramaticales en que cae mucha gente, que habla “excelentemente” mal, quizá, creyendo que está en “onda”, con el cavernario socialismo del siglo XXI (¿?) Esta tilinguería  lingüística, ¿es el nuevo “becerro de oro” de nuestra maltrecha educación?

A continuación y para que se entienda mejor mi “plagueo”, transcribo la carta que me enviaron al programa radial “Sembrando Valores”: “Carta de una profesora de un instituto público con lapidaria frase final”.

“Teno 60 años y he tenido la suerte de estudiar bajo unos planes educativos buenos, donde primaba el esfuerzo y la formación de los alumnos por encima de las estadísticas de aprobados y de la propaganda política. El jardín empecé a estudiar con una cartilla que todavía recuerdo perfectamente:

La A de “araña”, la E de “elefante”, la I de “iglesia”, la O de “ojo” y la U de “uña”. Luego cuando eras un poco mayor, llegaba “Semillitas”, un librito con poco más de 100 páginas y un montón de lecturas, no como ahora, que pagas por tres tomos llenos de dibujitos...

Eso sí, en el Semillitas, no había que colorear ninguna página, que para eso teníamos cuadernos. En primaria estudiábamos Lengua, Matemáticas, Ciencias, no teníamos Educación Física.

En sexto grado, si en un examen  tenías una falta de ortografía del tipo “b” en vez de “v” o con cinco faltas de acentos, te bajaban y bien bajada  la nota. En bachillerato, estudié historia de España, Latín, Literatura y Filosofía. Leí “El Quijote” y el Lazarillo de Tormes; las “coplas a la muerte de su Padre” de Jorge Manrique; a Garcilaso, a Góngora, a Lope de Vega o a Espronceda.

Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir correctamente. Aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura. La Gramática: En castellano existen los participios activos como derivados de los tiempos verbales. El  participio activo del verbo atacar, es “atacante”; el de salir, es “saliente”; el de cantar, es “cantante”, y el de existir es “existente”.

¿Cuál es el del verbo Ser? Es “ente”, que significa “el que tiene identidad”, es decir, “el que es”. Por ello cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se añade a este la terminación “ente”.

Así al que preside, se le llama Presidente y nunca “Presidenta”, independientemente del sexo (masculino o femenino) de quien realiza la acción. De manera análoga, se dice: capilla ardiente, no “capilla ardienta”; “estudiante”, no “estudianta”;  independiente, no “independienta”, “paciente” no “pacienta”, “dirigente”, no “dirigenta”, “residente”, no “residenta”.

Y ahora, la pregunta: nuestros políticos y muchos periodistas (hombres y mujeres, que los hombres que ejercen el periodismo, no son “periodistos”), ¿hacen mal uso de la lengua por motivos ideológicos o por ignorancia de la Gramática de la Lengua Española?. Creo que por las dos razones.
 Es más, creo que la ignorancia les lleva a aplicar patrones ideológicos y la misma aplicación automática esos patrones ideológicos los hacen más ignorantes, a ellos y a sus seguidores.

Les propongo que pasen el mensaje a vuestros amigos y conocidos  en la esperanza de que llegue finalmente a esos ignorantes semovientes (no “ignorantes semovientas”, aunque ocupen carteras ministeriales). Lamento haber aguado la fiesta a un grupo de hombres que se habían asociado en defensa del género y que habían firmado un manifiesto.

Algunos de los firmantes eran: el dentisto, el poeto, el sindicalisto, el pediatro, el pianisto, el golfisto, el arreglisto, el futbolisto, el proyectisto, el turisto,el contratisto, el paisajisto, el taxisto, el periodisto, el telefonisto, el masajisto, el gasisto, el trompetisto, el violinisto,  el maquinisto, el electricisto, el oculisto,el seminaristo. el policio del esquino, y sobre todo, ¡el machisto!.

Si este asunto “No te da igual”, pásalo, por ahí con suerte termina bien hasta en los Ministerios. Porque no es lo mismo "tener un cargo político que ser una carga pública” Fin de la carta anónima.

Entonces, y para estar a tono con esta faraónic vyrorei lingüístico al uso, me despido de todos y todas, deseando que estén contentos y contentas, mis “querid@s lector@s”, con un hasta “luego luega” a cada “uno y una” de los "miembros" y las “miembras” de mi amado país.                            
                             ¡Ajepa, ñande tavy con devoción voi!....


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