¡PERVERSO TRIDUO!
El predicador o charlista, (servidor en
el ministerio de la palabra) debe reunir ciertos requisitos mínimos para
trabajar en el campo de Dios. Ello, porque no trabaja por cuenta propia. Si nos consideran
luz en la calle y oscuridad en la casa y si caemos en la cuenta de que así
somos, debemos revisar con urgencia nuestra conducta como persona, como
cristiano, como esposo, madre, padre, hijo, empleado, etc.