¡PERVERSO TRIDUO!
Muchos hombres y mujeres han sido, y
siguen siendo infieles, pero no son muchos los casos en los que el otro se
entera, porque contar la verdad puede costar el final de una relación de muchos
años. Esta aventura o “desliz” es peligroso, porque muchas personas salen muy lastimadas.
La infidelidad es algo innato, como una segunda
piel en muchas personas de ambos sexos. En la historia de la humanidad se dieron
ejemplos de infidelidad, mentira y engaños en todos los ámbitos de la
existencia humana.
La mentira es
pecado que vive oculto y ahogado en el interior del hombre que se niega a
reflexionar, pero muy necesitada de confesar: algunas confesiones aparecen explicadas
como víctimas y otras, como falsamente heroicas. Así se el infiel, mentiroso y
adúltero, intentará contener al perverso triduo que lo atenaza. Y este ejemplar,
no será diferente en su vida matrimonial.
Dice el
Psicólogo Sebastián Girona: Suele decirse que: "cuando alguien no encuentra lo que necesita en su casa, lo
va a buscar en otro lado". De necesidades sexuales habla el
dicho. Y algo de cierto debe haber en esto porque muchas veces la infidelidad
aparece en este contexto.
Así que, desde este punto de vista se
podría decir entonces que el que comete una infidelidad en el marco de una
pareja cree o siente que la pareja no le alcanza o que en ella no encuentra
todo lo que necesita o por qué no, que va a encontrar algo mejor en
otra persona.
La pregunta más habitual: ¿se puede
perdonar una infidelidad? La respuesta –Girona- es sí y no, depende de cada uno
y de cada caso. "Es cierto que la mujer suele perdonar con mayor facilidad
y que al hombre le cueste más por sentirse agraviado en su machismo. Pero también es verdad que cada vez es más fácil encontrar casos en
donde las infidelidades se perdonan por distintos motivos, tanto en hombres
como en mujeres.
Quizá la infidelidad más agravada y más
dañina puede ser la que implica que esa persona
mantiene el total de su actividad sexual o la mayoría con otra persona ajena a
la pareja.
"En esa situación el sexo está tercerizado porque se realiza con un
tercero, y no con la pareja. Sin dudas es un agravante, si esta situación se
sostiene en el tiempo y además sucede con una persona conocida", resaltó
Girona, quien hizo hincapié en que "mucha gente que es infiel suele decir
que es una forma de sentirse vivo, o que el valor de la experiencia justifica
el hecho, o la adrenalina frente al 'aburrimiento' que puede tener una pareja
estable".
Así, la
transgresión de lo prohibido que tiene una infidelidad alimenta el erotismo.
Creencias que justifican la infidelidad:
"Todo el mundo lo hace"; "No siento nada por la otra persona, es
sólo sexo"; "No voy a perder esta oportunidad"; "Si él o ella
no me satisface...entonces tengo que hacerlo.
La pregunta es: Si yo estoy involucrado en este grave dilema y por mi condición de
catequista tengo la responsabilidad de conducir una porción del pueblo de Dios,
¿qué actitud debo tomar?. Al percatarme de mis pecados, ¿tengo que seguir
fingiendo que está todo bien auto engañándome y engañando a los demás? La respuesta del cristiano es sencilla, aunque dolorosa.
Opción: Reconocer mi error ante Dios y ante mi
próximo, para que sea Él quien me de todo lo necesario y a la vez, arroje todo
aquello que me daña; que sea Él quien me
ponga donde en realidad quiere que yo éste, perdonado y limpio. Todo eso, aunque
me sienta incapaz e indigno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario