viernes, 7 de agosto de 2015

INFIDELIDAD-MENTIRA-ADULTERIO (I)

¡PERVERSO  TRIDUO!

Muchos hombres y mujeres han sido, y siguen siendo infieles, pero no son muchos los casos en los que el otro se entera, porque contar la verdad puede costar el final de una relación de muchos años. Esta aventura o “desliz” es peligroso, porque muchas personas salen muy lastimadas.

La infidelidad es algo innato, como una segunda piel en muchas personas de ambos sexos. En la historia de la humanidad se dieron ejemplos de infidelidad, mentira y engaños en todos los ámbitos de la existencia humana.

La mentira es pecado que vive oculto y ahogado en el interior del hombre que se niega a reflexionar, pero muy necesitada de confesar: algunas confesiones aparecen explicadas como víctimas y otras, como falsamente heroicas. Así se el infiel, mentiroso y adúltero, intentará contener al perverso triduo que lo atenaza. Y este ejemplar, no será diferente en su vida matrimonial.

Dice el Psicólogo Sebastián Girona: Suele decirse  que: "cuando alguien no encuentra lo que necesita en su casa, lo va a buscar en otro lado". De necesidades sexuales habla el dicho. Y algo de cierto debe haber en esto porque muchas veces la infidelidad aparece en este contexto.

Así que, desde este punto de vista se podría decir entonces que el que comete una infidelidad en el marco de una pareja cree o siente que la pareja no le alcanza o que en ella no encuentra todo lo que necesita o por qué no, que va a encontrar algo mejor en otra persona.

La pregunta más habitual: ¿se puede perdonar una infidelidad? La respuesta –Girona- es sí y no, depende de cada uno y de cada caso. "Es cierto que la mujer suele perdonar con mayor facilidad y que al hombre le cueste más por sentirse agraviado en su machismo. Pero también es verdad que cada vez es más fácil encontrar casos en donde las infidelidades se perdonan por distintos motivos, tanto en hombres como en mujeres.

Quizá la infidelidad más agravada y más dañina puede ser la que implica que esa persona mantiene el total de su actividad sexual o la mayoría con otra persona ajena a la pareja.

"En esa situación el sexo está tercerizado porque se realiza con un tercero, y no con la pareja. Sin dudas es un agravante, si esta situación se sostiene en el tiempo y además sucede con una persona conocida", resaltó Girona, quien hizo hincapié en que "mucha gente que es infiel suele decir que es una forma de sentirse vivo, o que el valor de la experiencia justifica el hecho, o la adrenalina frente al 'aburrimiento' que puede tener una pareja estable".

Así, la transgresión de lo prohibido que tiene una infidelidad alimenta el erotismo. Creencias que justifican la infidelidad: "Todo el mundo lo hace"; "No siento nada por la otra persona, es sólo sexo"; "No voy a perder esta oportunidad"; "Si  él o ella no me satisface...entonces tengo que hacerlo.

La pregunta es: Si yo estoy involucrado en este grave dilema y por mi condición de catequista tengo la responsabilidad de conducir una porción del pueblo de Dios, ¿qué actitud debo tomar?. Al percatarme de mis pecados, ¿tengo que seguir fingiendo que está todo bien auto engañándome y engañando a los demás? La respuesta del cristiano es sencilla, aunque dolorosa.

Opción: Reconocer mi error ante Dios y ante mi próximo, para que sea Él quien me de todo lo necesario y a la vez, arroje todo aquello que me daña; que sea Él quien me ponga donde en realidad quiere que yo éste, perdonado y limpio. Todo eso, aunque me sienta incapaz e indigno.






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