SIGNO DE DESCONFIANZA
Cada vez y con mayor frecuencia la relación de pareja, basada en la confianza, se rompe para dar paso a la sombra de dudas y sospechas. La desconfianza, un sentimiento de inseguridad que dificulta las relaciones.
La
desconfianza está íntimamente ligada con el temor y baja autoestima, dicen los
expertos. Enceguece
a la persona que la padece, pues no le permite ponerse en el lugar del otro;
por consiguiente, es incapaz de
comprender las motivaciones o sentimientos del otro. Dicho de otro modo, carece
de capacidad
para confiar en los demás.
¿Por
qué se origina la desconfianza en la pareja? Los motivos
son variados. La mayoría se debe a las mentiras, los celos o infidelidad en
algún momento de la relación; y cuando es descubierta, la persona engañada
pierde la confianza en su pareja. ¿Qué
hacer cuando la confianza se adueña de la pareja? La confianza es el pilar
fundamental de la vida en común. En caso que la
desconfianza no se basa el motivo valedero, la cuestión es todavía peor.
En cualquiera de los casos, hará falta un careo frontal y
sincero. Poner las "cartas sobre la mesa" y buscar la solución. Caso contrario,
la relación será insostenible. Entonces, es
razonable que la pareja acuda al
profesional, ya
sea ambos o por separado, para que les ayude a superar el problema.
Verdad es que
cada vez dependemos más del móvil y no nos desprendemos de él para nada. Nos
acompaña a todas partes como si fuera una prolongación de nosotros mismos. Esta
realidad puede llevar a la desconfianza… pero, ¿es suficiente motivo para que
miremos el celular ajeno?.
"Cuando sospechamos
que algo está ocurriendo, es mejor obtener los datos de otra manera que no sea
vulnerando el espacio de intimidad que necesita cada uno de los miembros de la
pareja. Mantener espacios personales es
fundamental en una relación sana. Cuando uno se ve en la necesidad de
vulnerar esos espacios, quizá lo importante no sea tanto encontrar una
evidencia en el móvil, sino plantearse seriamente qué está pasando"….. asegura Mila Cahue, psicóloga del
área de pareja.
Si la
relación es honesta y sincera, y la comunicación es buena, no hay necesidad de
espiar. Cuando hay una crisis también se puede hablar de ello, y si se habla no
tiene que haber necesidad de seguir buscando más información. Si confiamos en
nuestra pareja, la respuesta que nos dé nos calmará. Hablar es mucho mejor
que dedicarse al espionaje aficionado.
Un ejemplo que
puede entenderse como una infidelidad… aunque no lo sea: "Un mensaje leído por
una persona celosa y de baja autoestima, «puede dar lugar a un mayor riesgo de
error o mala interpretación", advierte la psicopedagoga Ana Roa. Mensajes como
"disfruté mucho, me gustaría repetirlo", "lo pasamos muy bien
anoche" o "cada vez estás mejor" pueden parecer comprometedores,
pero tal vez sean sencillos e inocentes".
La pregunta que
debe hacerse es: ¿Me da suficiente motivos para justificar mis celos?
¿Realmente hay significativos cambios en la conducta del cónyuge para preocuparme? Si la respuesta es NO,
entonces la persona Enferma soy Yo. Cualquier comentario sobre el punto, será derroche de consideración.
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