“Ya no el mismo hombre viejo”
Va acabando el año 2020 triste, doloroso y fatal en lo económico, político, social y moral. No paran los saqueos al país y a su gente, aunque el robo es ya de larga data. De yapa, el covid-19 mata a la gente y a su economía.
Anhelamos, con legítimo interés, un nuevo año con gente; menos mbareté-pokaré, menos plata potá, menos buscadores del poder, es decir, gente de conciencia menos averiada. Es un pedido al Niño Dios. Tal titánica tarea supone cambiar nuestro estilo de vida. Pero:
Ante esta realidad, ¿qué vemos? Vemos, gran parte de una sociedad distraída, callada, paralizada, sin reacción. ¿Nos robaron el valor y la dignidad... que nos abruma al escuchar la canción “13 Tuyutí”?
Hace falta poner -todos- manos a la obra con patriotismo y responsabilidad. De no ser así, no podremos salir ni sacar al país, del fango (karuguá) donde está hundido. Caminemos despacito, con pasos seguro hacia un nuevo año saludable, armónico y próspero.
“Por eso, deben ustedes renunciar a su antigua manera de vivir y despojarse de lo que antes eran, ya que todo eso se corrompió, a causa de los deseos engañosos. (Ef. 4. 22)
“Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue
crucificado juntamente con Cristo, para que el cuerpo del pecado sea destruido,
y ya no sirvamos más al pecado” (Rom.6,6).
El relato evangélico de los 2 hermanos a los que su papá envió a trabajar a la viña, enseña: El 1º dijo “no”, pero después fue. El 2º dijo “sí”, y luego no fue. “En el corazón del 1º, después del “no”, retumbaba el pedido de su papá. En el corazón del 2º, a pesar del “sí” la voz del papá quedó sepultada”.
La palabra clave es “arrepentirse”. El arrepentimiento no permite encallecerse.
Cambia el “no” en “sí”, y el “sí” en “no”. Dios, cada día habla a nuestra
conciencia, y depende de cada uno arrepentirse e iniciar el proceso de
conversión. Mt. 21, 28-32
Cuentan que en una ocasión, la hermanita de Tomás de Aquino le preguntó: "¿Qué tengo que hacer para ser santa?". Ella esperaba una respuesta complicada, pero Tomás le respondió: "Hermanita, para ser santa basta querer". ¡Sí!, sólo querer.
Pero querer con todas las fuerzas y voluntad. Es decir, no es suficiente un "quisiera". La persona que "quiere" puede hacer mucho; pero el que se queda con el "quisiera" es sólo un soñador o un idealista incoherente.
A veces, tenemos actitudes un poco negativas. Talvez por causa de un mal día. Y es normal. Pero si continúan las actitudes tóxicas, entonces, es momento de decir: debo tomar control de lo que digo y hago. Aquel amigo dirá:
Si querés mejorar como persona, solo tenes que empezar
a cambiar tu punto de vista.
Muchas veces, nos dejamos llevar por cosas negativas que ocurren y, empezamos a entrar en una espiral de negatividad y oscuridad. Por tanto, el cambio empieza en uno mismo.
Solo tenés que empezar a aplicarlos en tu rutina y
verás que poco a poco, te sentirás mejor.
Sé optimista. Dejá atrás los pensamientos negativos…Es claro que no es fácil, pero, ¿por qué gastar energías en lo negativo?
Practica la empatía. La frase conocida: "No hagas a otros que no quieres que te hagan". Serás mejor persona al tratar al otro con afecto y respeto que se merece. Empatía es, ponerse en la piel de los demás para intentar comprender qué es lo que sienten.
Sé agradecido. Da las gracias siempre; cuando te dan paso, cuando te abren la puerta, cuando te devuelvan algo perdido...Y si lo haces con una sonrisa, lograrás que los demás se contagien de tu bondad.
Todo esto es difícil al inicio…pero luego, se hace
costumbre y parte de tu forma de ser.
¡Feliz año nuevo sea con todos!
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