¿BUENA PERSONA?
Normalmente, decimos que alguien es buen profesional, cuando conoce las técnicas de su profesión. Es decir, es competente, apto para desarrollar un trabajo con éxito. Ejemplo:
La persona que estudió o practicó mecánica del automóvil, debió aprender destrezas técnicas de detección de fallas, correcto manejo de equipos, organización de su taller, etc.
Las competencias son todas aquellas habilidades, aptitudes y destrezas que se adquirió en la vida personal, profesional y académica. También la docencia necesita profesores que conozcan los contenidos de cada lección y habilidades para expresarlas.
Pero, ¿qué decir por ejemplo, de un profesor competente en el conocimiento y desarrollo de su materia, posee varios créditos académicos, goza de prestigio en la institución….pero es impuntual, falta con frecuencia al aula….y además, es acosador?
Así, se habla de un buen profesional técnico y alta formación académica. No de una buena persona, porque ésta, no es leal, es tramposa e insolidaria con sus alumnos y la institución. Luego, es…brillante profesional, pero mala persona.
La buena persona dice la verdad, no es tramposa
(pokaré),
es leal, solidaria con los necesitados, devuelve el dinero perdido, no daña, respeta
al semejante…aunque le digan que es un tonto-Vyro. Una buena
persona…elige y hace lo correcto.
Expertos aseguran que las malas personas no
llegan a ser buenos profesionales. Buscan éxito profesional través de título de
grado u otros vericuetos. “buenos profesionales” son; no buenas
personas.
Luego, ¿sirve que yo posea carretillada de
títulos -currículo-ridiculismo-académico- si soy desleal conmigo mismo y
con los demás?...y entonces, ¿por qué confiarían en mí?
La Fundación Universia, España, publica el punto de vista del prestigioso psicólogo, neurocientífico y docente Howard Gardner: para que un profesional sea exitoso, primero debe ser una buena persona.
Gardner respalda esta teoría con los resultados de su experimento Good Work Project, en el cual, luego de entrevistar a más de 12.000 individuos, estableció que los mejores profesionales son excelentes, comprometidos y éticos.
Concluye: las malas personas no llegan a ser buenos profesionales, no poseen ética ni se comprometen a cumplir metas, en los que ellos no sean el centro.
Cuando Gardner se refiere a buenas personas habla de las que muestran coherencia entre lo que dicen y hacen; las que predican con el ejemplo. Es decir, las personas éticas.
Seamos no solo buen profesional para ganar dinero, sino, honestas, íntegras, preocupadas por el otro, respetuosas, para que nuestra conducta aporte a construir un mundo más humano y menos bestiario.
Nuestros hijos deben aprender -en casa- que valores, virtudes y principios están por encima de nuestro propio éxito profesional. ¡Titánica tarea! Al parecer hay un esfuerzo general por suprimir la noción de moral en la familia, en la sociedad y en la política.
Nuestra especie se ha especializado en no especializarse; de ella, impredecible, cabe esperar cualquier cosa…Una especie en pañales en su desarrollo moral, dirá el profe Carlos Díaz H.
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