Fama: “Buena opinión que se tiene de
alguien o de algo. “Un escándalo manchó la fama de la institución”. Según RAE, fama,
es reconocimiento que llega en la vida por lo que hacemos.
Hay fama positiva y negativa: una, es buena, y la otra, destruye. Ejemplo:
a) A Teresa de Calcuta, la distingue estas cualidades:
humildad, humanismo, compasión; defensora los pobres e indefensos, lo que la
llevó a posicionarse entre los personajes más influyentes de los últimos 100
años, como líder al servicio del prójimo. ¡Fama positiva!
b) Alphonse Gabriel Capone (Al Capone) uno de los más grandes jefes del crimen de Chicago, en una época en la que todo parecía estar fuera de control. Estafas, asesinatos, evasión de impuesto… ¡Fama negativa!
Dice la estilista Katherine Giraldo: “La fama positiva es: haciendo el bien a los demás, es respeto y honor de ayudar a otros. Muchos repudian la fama por relacionarla con la falta de humildad. La fama buena es premio por aportar mejora al mundo con nuestros actos”.
Opina Juan Cruz, periodista y autor de “El peso de la fama”; tampoco es comparable la popularidad que tiene un escritor afamado a la de un cantante de moda: “Son 2 mundos distintos. El escritor requiere lectores que se hacen uno a uno y el cantante requiere masas”.
Para el escritor y periodista Xavier Cassadó, el ego “es como el estómago que, cuanto más comes, más se engrandece”. El famoso habituado a recibir elogios, tiene un ego mayor de lo normal, que necesita más alimento que el de la gente anónima” (27.12.08)
Dice María Leach: “¡Qué
mala fama tiene la fama! Ningún experto habla bien de ella. La
llaman tramposa, impostora, estúpida, egocéntrica ... de todo menos guapa ¡Y no
lo dicen porque sí!
En la vía del anonimato a la popularidad, el número de damnificados supera con creces al de los que logran salir ilesos de la experiencia. Pese al riesgo, los famosos van creciendo como hongos a nuestro alrededor”.
Porque la fama, guste o no,
hoy es uno de los grandes valores de cambio de la sociedad. Hoy, el éxito se
mide por popularidad. O si no, eres nadie. Así, no es de extrañar
que miles de personas se empeñen en ser vistas cueste lo que cueste, sin importar
el precio que deban pagar a cambio. (27/12/2008)
¿Y la Biblia qué dice de la fama? “A veces nos honra y otras veces se nos ofende; a veces hablan bien de nosotros, y otras veces, mal. Nos llaman mentirosos, aunque decimos la verdad. Nos ignoran a pesar de ser conocidos…
Estamos medio muertos, pero vivimos; nos castigan, pero no nos matan. Parecemos tristes, pero siempre estamos contentos; parecemos pobres, pero enriquecemos a muchos; parece que no tenemos nada, pero lo tenemos todo” (2 Co 6:8-10)
Afirma el ex futbolista Jorge Valdano: “Quizás por eso, la fama se ha pervertido”, la fama es tramposa e impostora. Salvo excepciones, la fama otorga una luz especial a quien la posee, haciéndole más atractivo, interesante y seductor a ojos de los demás…
Son atributos tan tentadores y adictivos para el ego humano. “Quizás por eso, la fama se ha pervertido” (http: conocidos y famosos. blogspot.com).
Opina Juan Cruz, periodista y escritor, tampoco es comparable la popularidad que tiene un escritor… a la de un cantante de moda: “Apelan a mundos distintos. El escritor requiere lectores que se hacen uno a uno y el cantante requiere masas”.
Más que famosos, seamos ¡honestos! El país reboza de prepotencia e ignorancia. Hetáko oĩ tapicha tavy-mbarete-pokarê ko ñane retame… ¡La enferma Patria nos necesita!