lunes, 28 de noviembre de 2022

ÉXITO, FAMA, DINERO ¿Para qué?

 
¿Es malo desear ser rico y famoso? Unos dicen: en sí, no es malo, ni aun para un cristiano pretender opulencia económica y popularidad, pero… ¿para qué? 

El riesgo no está en tener riqueza o celebridad, sino en elegir vivir esclavizado adorando a algo que no es Dios. El fin de todo humano es honrar a Dios en todo lo que hacemos, y no en el éxito mundano (Jn 2: 15-17) 

Manuel Capetillo, extorero y uno de los actores de cine y telenovelas más famosos de México, comparte actualmente por varios países de América su testimonio de conversión. Él tenía fama, dinero y éxito, pero sentía que no era suficiente. Aquí su testimonio: 

Hace 20 años tuve mi encuentro personal con Jesucristo. Tenía todo en la vida: fama, dinero, éxito, algo faltaba en mi interior, y solo Dios me lo dio: amor y paz”. Tocó fondo con una crisis depresiva. Buscó ayuda en el esoterismo y otras creencias y no lo encontró. 

“Yo era de esos que decía: ¿para qué confesarme con un sacerdote si Dios lo sabe todo?; pero cuando el sacerdote me dio la absolución y dijo: “Vete y no vuelvas a pecar”, sentí cómo se liberaba mi alma del pecado y mi corazón se llenaba de gozo y paz”. 

“Ese día mis ojos se llenaron de lágrimas de felicidad; volví a nacer”. Aseguró que estar en conexión con el mundo no implica alejarse de Dios, sino que requiere despertar cada día con gusto y agradecido por la oportunidad de un nuevo día. “Cada persona tiene una misión; la mía era dejar el mundo de la farándula para ser misionero de paz y de justicia”. 

En la tradición cristiana, el amor al dinero es condenado como un pecado basado en textos como Eclesiastés 5:10 y 1 Tim 6:10. Se condena la avaricia, la codicia-plata pota- más que al dinero en sí mismo. Luego,  el dinero, la fama y el éxito… ¿Para qué? 

Responde A. Milagro: “Ni es humano ni es cristiano juzgar que el dinero es malo: el dinero tiene su valor propio, y no hay que desconocer. En la escala de valores ocupa un lugar. El trabajo es otro valor que también ocupa un puesto en la escala de valores”. 

Solo que tanto el dinero como el trabajo son valores relativos y no absolutos; depende del uso que se haga y de la finalidad que se les dé. El dinero usado para hacer el bien y obrar justicia, es un medio de practicar virtudes humanas y sociales. Que conste ¡Conocemos gente con dinero que ayuda y mucho

El trabajo orientado a la realización, no tanto de la materia, como del hombre, es medio de superación. De ahí que tanto uno como otro, deben ser encaminados en la escala de valores para convertirse en algo negativo y contraproducente.   

Está bien que me guste el dinero y el trabajo; pero es mejor que me guste usar bien ambos. “A muchos perdió el oro, hasta los corazones de reyes descarrió” (Eccli, 8, 2). 

“Muchos se hundieron por causa del oro, su perdición la tenían delante” (Eccli, 31, 6). “Feliz el rico intachable, que tras el oro no se fue”. (Eccli, 31, 8). Conténtate con lo que tengas, poco o mucho, para que no te reprochen el vivir a costa de otros (Eclo 29:23)

Cuando nuestra vida se centra sólo y por encima de todo, en lograr dinero y lo que la plata nos puede dar, sin darnos cuenta, nos convertimos en esclavos del dinero y el dinero en ¡nuestro señor! 

Dicho de modo fácil de comprender -en guaraní- el Plata pota-taryrýi”, alucinado por el dinero, es tan materialista, que es capaz de hacer cualquier cosa por tener plata y cuanto más tiene, más quiere y “tragarse literalmente todo lo que hay. Todos necesitamos dinero…pero... ¿para qué?

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