¿SALVADOS
O APLAZADOS?.... ¡DEPENDE DE CADA
UNO!
La vida
cristiana está formada por detalles en los que a menudo actuamos incorrectamente.
Aceptamos las mentiras, damos rienda suelta a nuestro mal humor, ignoramos tantas
ocasiones para manifestar el verdadero amor al prójimo mediante una palabra
amistosa o un favor que podríamos hacer en el buen momento, etc,. Entonces, el camino
para cometer errores más graves, está a acechando la “vuelta de la esquina”.
Un “inocente” fraude
al fisco es suficiente para demostrar que, nos da la pauta que ante tentaciones
mayores con seguridad podríamos sucumbir.
El hecho de que nuestros primeros padres comiesen un fruto que Dios había
prohibido (Génesis 3:6) quizá no nos parezca grave…. Como tantos pecados del mundo
actual.
Pero en realidad
era muy significativo: revelaba la desconfianza que tenían con respecto a Dios,
la desobediencia, el orgullo, la codicia… y para Dios la prueba era suficiente.
Del mismo modo el cristiano, que debe escuchar a Dios, es llamado a ser fiel en
las pequeñas cosas de su vida cotidiana. El que es fiel en lo muy poco, también
en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, lo será también en lo más
grande (Lc, 16:10)
Jesús dijo:"Si
lo que ves con tu ojo te hace desobedecerá Dios, mejor sácatelo; es
mejor que entres al reino de Dios con un solo ojo, que tener los dos ojos
y ser echado al infierno, donde hay gusanos que nunca mueren, y donde el fuego
nunca se apaga" (Marcos 9:47). También habló de un periodo de juicio durante
el cual les diría a los malvados: "Apártense de mí, malditos, vayan
al fuego que no se apaga, preparado para el diablo y sus ángeles" (Mateo
25:41).
Es humanamente entendido que las faltas
conllevan castigo y las malas decisiones conllevan malas consecuencias. Los
gobiernos de la tierra han establecido cortes de justicia con el fin de hacer
que el que ha violado la ley pague las consecuencias de su comportamiento ya
sea con encarcelamiento de un tiempo determinado o con su propia vida.
Dios, el creador de los cielos y la
tierra, ha puesto sus leyes desde el comienzo en las cuales también estableció
que el que peca debe morir. La doctrina del infierno es repugnante aun a mentes regeneradas, pero no es una doctrina sin base bíblica. Es absurdo pretender poner
en Dios la responsabilidad de algo que yo decido libremente. El cuestionamiento
pretende culpar a Dios de mi condenación, cuando en realidad yo soy el artífice
de mi salvación o condenación.
Supone desconocer la responsabilidad de
mis propios actos y libre decisión. Poner la responsabilidad de mi condenación
en Dios es como mínimo una gran mentira. ¿Qué sentido tiene culpar a Dios de
algo que yo decido ahora libremente?
Hay quienes reniegan de su libertad.
Dicen: ¿por qué Dios me creó libre? Preferirían no serlo... Hay un razonamiento
implícito: "Dios me crea libre", "yo libremente me
condeno", por tanto "Dios -al haberme hecho libre - es culpable de mi
condenación".
¿Puede
haber algo tan absurdo como este planteamiento? Aprovechemos
este tiempo de Adviento para realizar una auditoría moral de nuestros valores.
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