Dicen los que saben que, el FOMO o Fear
of Missing Out es un término que
significa el miedo a quedar afuera o perderse de algo. Este miedo a la
exclusión social existe desde siempre, pero gracias a la cultura móvil y las
redes sociales, esta sensación se exacerba al 100%, ya que podemos estar 24 hs
viendo lo que todos nuestros amigos están haciendo.
“Las enfermedades del siglo XXI. El miedo a perderse algo de lo que
ocurre en las redes sociales ya tiene nombre: ‘FOMO’ Este es uno de los nuevos
trastornos que últimamente preocupa a los psicólogos. Es el miedo a estar
desconectado y sentir que se está perdiendo algo, lo que genera ansiedad, por
ejemplo, al olvidarse el móvil en casa. Chequear Facebook cada cierto tiempo o
no poder salir de vacaciones sin asegurarse que el lugar tendrá wifi son
algunos de los síntomas”
El
problema es que este mal moderno genera síntomas reales tales como: ansiedad,
depresión, estrés, insomnio, y muchos otros síntomas que ya tomamos como parte
de nuestro estilo de vida. Y un dato curioso es que los hombres sufren más de
FOMO que las mujeres, tal vez por la mayor presión de aceptación social y de status quo que les regaló esta sociedad.
Ya
se ha dicho una y mil veces que el uso excesivo del móvil puede llegar a ser
enfermizo y el estar conectado a internet todo el día es uno de los síntomas de
estas nuevas obsesiones. 'Phubbing' es el trastorno asociado a la utilización enfermiza
del móvil al nivel de prestar más atención al aparato que a las personas que
están alrededor
Una
curiosidad que vivimos a diario, afirma aquel profesor: ¿Cuántos sienten
terrible ansiedad al olvidar el móvil en casa o creer que este suena o
vibra cuando en realidad no es así, son algunos de los síntomas de las nuevas
patologías asociadas a las redes sociales que aquejan a niños, jóvenes e
incluso adultos.
“No es extraño
caminar por la calle y darnos cuenta de cómo las personas se olvidan de lo que
ocurre a su alrededor mientras están concentrados en sus teléfonos móviles.
Choques con personas, atropellos, faltas de atención y tropiezos son algunas de
las consecuencias más comunes”, señala la psicóloga Amaya Terrón, según publica
el portal Infosalus.
Y así las cosas, noticias como la que
sigue, ya no asombran: “Chofer que iba “chateando” atropella y mata a una niña.
Una niña de apenas un año y dos
meses, murió atropellada en Ñemby por un colectivo cuyo conductor iba
chateando, según refirió la única testigo del hecho. El trágico suceso ocurrió
esta mañana alrededor de las 08:30 horas en el barrio Pa’i Ñu, de Ñemby.
Pero
los accidentes no son las únicas consecuencias de estar conectado al móvil y
las redes sociales. En los últimos meses los médicos han encendido una voz de
alarma respecto del uso excesivo de estos aparatos y sus consecuencias:
aislamiento social, adicciones u obsesiones, es decir: “ombo tarovaité la celular ñande angiru kuerape”. ¿Qué podemos hacer para dejar de perseguir al nuevo "grial" tecnológico, que tanto estupidiza al homo vyrus?
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