martes, 9 de diciembre de 2014

DESPUÉS DE NAVIDAD…

¿CRISTIANO  REIETÉ  JEYNTE?

Todos decimos estar preparados para recibir al Niño Dios en nuestros corazones, de ahí la incesante como desesperada correría para festejar la navidad….En el anterior artículo, hacíamos referencia al cambio de vida que no propusimos.

A propósito, recuerdo que el Cardenal Newman, de forma novedosa propone que el cristiano debe atender al triple ministerio de la Iglesia: el profético (asegura la regla de la verdad contra el racionalismo); el sacerdotal (guía al culto contra la superstición), y el real (conduce a la santidad contra la ambición y la tiranía).

Hay una diferencia entre el sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial o jerárquico. El sacerdote ministerial realiza un servicio distinto en la comunidad, pero eso no significa que por ello sea más santo que los laicos. Todos están consagrados, por lo que sus obras son verdaderos sacrificios espirituales (Rom. 12,1) y un testimonio para los demás: Lumen Gentium  (LG 10).

Un correo recibido recientemente de mi cuñada Norma, sirve de ayuda para abandonar definitivamente, el cristiano reieté, si así es nuestro deseo. Veamos:                                 
                                                        
                                                           Siete “yo soy” del Señor Jesús..

(1) “Yo soy el pan de vida” (Juan 6:35, 41, 48, 51). El punto de partida de la vida espiritual es alimentarse de lo que viene de Dios. Es aceptar el valor de la muerte de Jesús para expiar mis faltas, y escuchar su enseñanza. (2) Yo soy la luz del mundo” (Juan 8:12). Y luego, ¿cómo estar seguros de ir por el buen camino? Siguiendo a Jesús, orándole sin cesar, como si fuésemos de la mano. Entonces tendremos la luz de la vida.

(3) “Yo soy la puerta” (Juan 10:7, 9). ¿Permaneceremos solos? No, Jesús es la puerta para entrar en la familia de Dios, donde estaremos protegidos y recibiremos alimento.
(4) “Yo soy el buen pastor” (Juan 10:11, 14). No es un jefe ni un profesor, sino un pastor que nos ama y nos cuida. Dio su vida para salvarnos; nosotros le pertenecemos. ¡Él nos rescató! (1ª Pedro 1:18).

(5)“Yo soy la resurrección y la vida” (Juan 11:25). ¿Hasta dónde iremos con el Señor? Más allá de la muerte, hasta la eternidad. Por medio de su resurrección nos abrió el nuevo ámbito de la vida eterna. (6) “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6). Es el camino hacia la casa del Padre, hacia Dios mismo; es la verdad sobre nosotros y sobre Dios, sobre su amor y su justicia. Es la verdadera vida, la cual consiste en conocer a Dios el Padre y al Señor Jesús.

(7) “Yo soy la vid verdadera” (Juan 15:1, 5). ¿Cómo honrar a Dios? Sólo a través de Jesús, permaneciendo unidos a él, la verdadera vid, tendremos una vida productiva para Dios.

Feliz Navidad y próspero año nuevo si nos hemos animado a incorporar a nuestro sistema operativo, la fórmula: Siete “yo soy” del Señor Jesús.  

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