jueves, 11 de diciembre de 2014

¿CUAL ES EL SENTIDO DE LA VIDA?

 Y… ¡DEPENDE DE QUIEN RESPONDA….!

Trabajo: ¿Para qué se trabaja hoy?... El fin para el que trabajaron tanto tiempo, ha resultado ser finalmente, la diversión, cuando no, de la preocupación por participar de la loca carrera del quien tiene más y en el menor tiempo posible (cfr. Ricardo Yepes Stork, en Fundamentos de Antropología p, 429). Ansiamos que llegue el viernes para descansar, jugar y farrear. Desperezarse del “castigo laboral” es la consigna. El lunes se reanuda la tortura. El refrán popular lo bautizó como Luneró.

Deporte: Es ejercicio físico. Es alegre y necesario y debe disfrutarse de un evento deportivo. Pero, ¿qué hoy es el deporte?.  Es gasto que desgasta, es angustia. Ej. Tres días antes del partido Cerro-Olimpia, hubo gente formando fila, desde las 05:30 y hasta las 09:00hs en que se abría la boletería para adquirir entradas, soportando frio, lluvia, hambre entre otras molestias. ¡A esto le llaman Vida!

Diversión: Entretenerse es divertido porque lo “pasamos bien” Por tanto, deseamos que no terminara. Pero cuando la diversión pasa a ser el fin supremo, caemos en una existencia inauténtica para huir del aburrimiento y de nosotros mismos. Diversión significa <verterse hacia fuera>, pues quien no se interesarse radicalmente por nada ni por nadie, se aburre, y para salir del aburrimiento se consume en la diversión. (429).

Vaciedad: El hombre vacio <vive instalado en la superficie de su vida>. Se alimenta de lo intrascendente, de lo superficial. Las personas así, son máscaras, prótesis, apariencia, incapaces de dialogar, de darse a conocer, porque no tienen nada que dar a conocer. Ejemplo: Son así quienes fuera de su trabajo solo hablan de las anécdotas del Vyroreí como: qué comieron, cuántas docenas de cervezas chuparon haciendo de esta aberración un evento de máxima gloria.

Se trata de una vida subterránea que no vive de razones sino de caprichos. Que da importancia a lo que no la tiene, que es voluble e inconstante. Busca sólo divertirse lo más que pueda. Hace de la joda su vida para vivir jodido. No se compromete con nada bueno ni serio. Es el ¡Carpe diem! sin grandeza (p.430). El individuo así, no es sino, simplemente un “despojo social”, que roba, viola y asesina por un aparto celular.

Así la vida pagana busca evolucionar a través de las ocurrencias del momento, sin obedecer ninguna regla, buscan lo anormal, lo alucinante. No es de extrañar, por tanto, que el terreno está preparado para hacer de la ebriedad un recurso con el que experimentar lo desconocido, lo purete.  El consumismo sin medida, acompañado del hedonismo sin freno hace que muchas mujeres piensen y actúen como verdaderas prostitutas, al vender cuerpo y dignidad, por obtener bienes materiales, casa, coche, moto, celular, etc.

Droga y ruido: El dios pagano Dyonisos, quien representa el fluir de la sangre a través de las venas, la excitación pujante con fuerte estimulación sensitiva, hace su aparición en bailes de perreo, aquí y allá, al cual tantos paganos con atuendo cristiano rinden culto, babeando rendidos ante los orgiásticos movimientos de copula sexual; a esta aberración se suma el volumen irracional de los equipos de sonido, alcohol y drogas. (432). Este triste espectáculo ¿no es una suerte de estupidización de las masas?

Todo esto no es más que un mundo cerrado, nocturno, negro que no es real y verdadero, del que por la mañana hay que despertar. Pregúntense, estimado padres: “bailando en un antro de putrefacción, llamado disco, con  el frenesí señalado... ¿qué viene después? .... En la trastienda espera el sexo irracionalmente perruno.  Conclusión: La respuesta dependerá del cómo y del por qué se vive.

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