sábado, 18 de mayo de 2013

VIVIR CON OPTIMISMO

¿Es posible hoy?

En un mundo tan “descabellado”, por tantos acontecimientos negativos que inundan  nuestras vidas, hablar de optimismo pareciera como estar “fuera de foco”. Y no es raro escuchar una y otra vez decir, que cada día estamos y vamos peor.

Dejarnos arrastrar por las cataratas de males que nos rodean es una ingenua manera de correr a toda velocidad hacia ningún lugar. Ciertamente, el mal es una realidad, y no pocas veces, somos nosotros mismos los causantes. El optimismo no niega el mal, ni el sufrimiento, ni la dureza de la vida, ni la necesidad de esforzarnos para encontrar lo bueno que, también existe.

Es conocido el cuento de la media botella. El pesimista se lamenta porque solo le queda media botella; el optimista dice, ¡que bueno!... todavía me queda media botella!, es decir, el optimista mira lo bueno que tiene, antes que sufrir por lo que le falta.

Dice J. Loring: “Si sabemos iluminar con algún bien todo mal, embellecemos nuestra vida y haremos más felices a los que nos rodean. El optimista en lugar de quejarse de que las rosas tengan espinas, se alegra porque las espinas tengan rosas”

La persona optimista siempre está contenta, porque nunca “se sabe”. A propósito, un cuento de José María Alimbau: Un campesino tenía una yegua y un día se le escapó al monte. Y él se dijo: ¡Qué mala suerte, tenía un caballo y lo he perdido! Pero al poco tiempo volvió la yegua con otro caballo. Entonces se dijo: ¡Qué buena suerte, tenía un caballo y ahora tengo dos!.

Pero un día, el caballo le dio una patada a su hijo y le partió una pierna. Él se dijo: ¡Qué mala suerte, el caballo le ha roto una pierna a mi hijo!. Al poco tiempo estalló una guerra y su hijo se libró por que cojeaba. Y se dijo: ¡qué buena suerte hijo, por cojo no irás al frente de batalla!. Y es que, “nunca se sabe...”

Por tanto, las adversidades no deben alterar nuestro estado de ánimo. Lo bueno y lo malo que nos ocurra nos puede servir para fortalecer el autodominio. El optimismo, la paz y la alegría dependen exclusivamente cada uno de nosotros. Hay que esforzarse para vencer las dificultades con confianza en uno mismo.

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