domingo, 5 de mayo de 2013

PUDOR


El pudor distingue a los hombres de los animales

Nos enseña el P. Jorge Loring en su libro “Para Salvarte” que, “el pudor protege la propia intimidad, porque es propio de la persona humana. Los animales no tienen pudor, por eso hacen en público sus funciones más íntimas”. Agrega que esta protección de la intimidad se expresa en tres cosas: la vivienda, el vestido y el lenguaje. En la casa se invita a un amigo, no a cualquier persona, pues la casa es un lugar íntimo.

El pudor también se expresa en la forma de vestir, pues con el vestido se cubren las partes más íntimas, que no se comparten con cualquiera. Es que la modernidad y el estado light, ha desechado este aspecto. Hoy, cuando menos se cubre, es cuanto más se está en la “onda”. En este punto, el pudor  ha pasado a mejor “vida”, es decir o manó.

“Ofrecer a la mirada ajena las partes íntimas del cuerpo supone dejarse poseer en lo que tiene uno de más íntimo. Toda exhibición supone un acto de entrega. Hacerlo en público se asemeja a la prostitución”. Eso precisamente, es lo que ocurre aquí y allá, por izquierda y por derecha, en la escuela, en la calle, en el parque o en el templo.

“El tercer ámbito del pudor es el lenguaje. En el arte de expresarse no hace para “todo el mundo” sus estados afectivos, sus amores, sus intimidades”. Esto sería, quizá en el pasado. Hoy el lenguaje es tan demostrativo, “democrático” y soez, que en las redes sociales, hasta la hora y modo de realizar las necesidades biológicas más íntimas, se vuelve alegre noticia.

He preguntado, de “pasada, como quien no quiere la cosa” a varios adolescentes el significado de la palabra pudor: no supieron contestar, algunos presentaban rostros de saludable espanto ante la pregunta. Me quedé con esta duda: ¿conocen el significado del término “Pudor”... y si lo conocen.. es tan importante como rascarse la nariz?

No es posible hablar y mucho menos comprender el sentido del pudor cuando niñas de apenas tres años ya son vestidas por sus mamis con atuendos propios de cualquier modelo en pasarela. Agregado con exuberante maquillaje y coloretes por doquier. ¡Es que es tan chúlina loo la nena!, será la expresión cándidamente estúpida de tal posmodernísima mami.

La falta de pudor también contamina las calurientas canciones cuyas letras son ni más ni menos, verdaderos cultos a la pornografía escrita. Los actos íntimos del pasado, hoy se exhiben y cultuan cantando y bailando con el ropaje de arte, cultura y elevado sentido de buen gusto, cuando realmente, no son sino, mensajes invitatorios para  el acto perril o perruno, a cualquier hora y lugar, con quien sea y donde sea.

Entonces vitoreamos el ethos sodomítico-gorromino como si fuera el mayor timbre de gloria. ¡Y nada pasa!. No lloren luego, lágrimas de cocodrilo cuando se enteran de que su hija de tan solo once años está por dar a luz, en cualquier lamentable hospital público, donde las estadísticas golpean el rostro de cualquier ciudadano con alguna dosis de pudor. 

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