Aquel contestó: Es que, me saca de quicio el imbécil: como dice F. Savater; el que no sabe lo que quiere y nada hace por saberlo, el que vive en siesta permanente, aunque con los ojos abiertos y no ronque, el despistado; más perdido que “locote en clericó”…. ¡saé loo!
Creo que algo de imbecilidad tenemos casi todos; pero aguantarlos eternamente, no.