miércoles, 3 de abril de 2024

LA GENTE SIN MORAL... ¿Cómo es?

 

¿Qué es la moral según la Real Academia Española? “Moral es la ciencia que trata del bien en general, y de las acciones humanas en lo que respecta a su bondad o maldad”. 

Por tanto, es “amoral o sin moral” quien viola las buenas costumbres, es deshonesto, indecoroso, indecente, impúdico, obsceno, perdido, lujurioso, sinvergüenza. Lamentablemente, en este mundo, hay en exceso, gente deshonesta. (Ko múndope oĩ hetaiterei hénte pokarẽ) 

¿Cómo influye la moral en el humano? Por un lado, provoca que los individuos se sujeten a normas o valores establecidos socialmente. 

Por otro lado, regula actos y relaciones que tienen consecuencias para otros. Y, además, cumple la función de regular las relaciones entre las personas para asegurar determinado orden social.

¿Por qué los terrícolas (seres humanos) necesitamos de la moral? Porque necesitamos poner a prueba nuestra buena conducta para enfrentar muchas malas acciones que desafían nuestra honestidad, nuestro caminar, nuestro estilo de vida-ñande rekove. 

Dice la profesora de ética Adela Cortina: “La ética y la moral están de moda. A su alrededor se tejen creencias, calificativos y afirmaciones que hablan en su nombre, sin conocerse a ciencia cierta cuál, es el significado que se tiene de la ética o a cuáles códigos morales hacen referencia.

Su actualización se nota a través de debates en el mundo político y empresarial, en los claustros universitarios e instituciones educativas, en reuniones de padres de familia, en periódicos y revistas” 

Y la escritora Ayn Rand afirma: “Mucha gente hoy, tiene la infantil idea de que puede hacer lo que quiera. Que principios y valores no son necesarios, que los derechos son sólo una ilusión y lo que conviene es la guía práctica a la acción”. 

La gente puede dejar los principios morales y volverse una manada corriendo hacia su ruina; un hombre puede degollarse cuando quiera, pero no lo hará si quiere vivir. Luego, no debemos dejar los principios morales si queremos existir.  ¡Ta upéicha!  Y por casa… ¿cómo andamos?

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