Sinónimo
de talento: “arte: talento, genio, facultad, aptitud, primor condición,
inspiración, vocación, destreza, habilidad, práctica, experiencia, maestría.
Se atribuye al científico y novelista alemán, Goethe, haber dicho que “Hablar
es una necesidad, escuchar es un arte”.
Es importante destacar la diferencia entre oír y escuchar. El diccionario de la Real Academia Española, dice que escuchar significa “prestar atención a lo que se oye”. Sin embargo, oír se define como “percibir con el oído los sonidos”.
Saber escuchar no es solo una actitud. Es la capacidad de atender y comprender. Es habilidad que se adquiere. La capacidad de poder escuchar permite percibir el mensaje que se nos está comunicando. La escucha activa es empatía. La persona con quien estamos hablando, entiende lo que decimos.
Empatía supone dos beneficios: 1°) La escucha activa crea un clima de respeto,
buena comunicación; un puente emocional de conexión. 2°) Nos hace más creíbles al
mostrar posibles soluciones. La escucha activa y la empatía hacen sentir bien a
quien nos escucha.
El equilibrio
entre saber escuchar y saber hablar produce diálogo. Una escucha activa exige
limpiar la mente para poder concentrarnos con todo lo que dice la otra persona.
¿Cuáles son los elementos fundamentales para adquirir esta habilidad?
Un proverbio oriental dice: “Nadie pone más en evidencia su torpeza y mala educación, que el que empieza a hablar antes de que su interlocutor haya concluido”. El justo equilibrio entre saber escuchar y saber hablar produce el diálogo.
Sabido es que para comunicarnos en necesario un emisor y un receptor. Así, si la función del emisor es comunicar bien, la del receptor es escuchar, bien también. Solo así se asegura una comunicación eficaz.
Hay que escuchar sin prejuzgar, pues los prejuicios condicionan las palabras y el sentido de lo que la otra persona nos está contando. Es bueno hacer preguntas de vez en cuando, para demostrar que estamos atentos, que tenemos interés en lo que dice el otro.
Y tratar de sentirse cómodo con los silencios del interlocutor. Dar a la persona tiempo para pensar y encontrar las palabras más precisas para transmitir lo que quiera decir. Debemos dejar ese espacio y no querer llenarlo. También en necesario cuidar el lenguaje corporal.
Con razón dicen que tenemos 2 oídos y 1 boca, para hablar menos y escuchar más. ¡Ta upéicha!
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