viernes, 3 de noviembre de 2023

DESAFÍOS DEL LAICO COMPROMETIDO

El cristiano, desde el primer minuto de su existencia, se enfrentó a desafíos difíciles, que le presionó a dar clara explicaciones o a tomar graves posturas, incluso, hasta soportar el martirio. 

Dicho esto, no se hace juicio de valor sobre si lo hecho, es bueno o malo. No somos jueces. Que cada quien juzgue sobre lo que dice, piensa o hace, o si es culposa su ignorancia. Esta es una simple reflexión sobre el ¡compromiso cristiano, asumido en el Bautismo! 

Por ejemplo: ¿Qué tan unidos somos los cristianos? ¿No es un escándalo la división de criterios entre hermanos de la misma fe, entre miembros de una familia que se declara seguidor de Jesús? 

Como se ve los cristianos desde hace poco más de un siglo y, mucho más hoy, la división de la Iglesia supone un faraónico escándalo, peleando inútilmente ¡Vyrésa re jaiko vai pa! No se trata de tontas discusiones histórico-teológicas para justificar o condenar posiciones. 

Cada vez más la imagen del cristianismo sigue siendo confusión de iglesias, grupos y sectas de todo tipo, que en muchas ocasiones se “excomulgan” unos a otros, cuando no se “ningunean”. 

Todos sabemos que ser cristiano no es difícil tarea, porque las trabas son muchas y grandes. Si se piensa en cualquier organización o empresa que busca lucro económico, en un mundo donde el dinero (Shakespeare: la prostituta universal), todo es más que difícil. 

Shakespeare describe la naturaleza del dinero. Explica el pasaje de Goethe. “Lo que existe para mí mediante el dinero, lo que puedo pagar…lo que el dinero puede comprar, yo lo soy: yo, el poseedor del dinero mismo. Tan grande como sea la fuerza del dinero, es mi fuerza”. 

Dios no nos llama a vivir en un “termo” (cada uno para sí), sino a donarnos en acción al que necesita. “Hacerse igual a todos” (1 Co. 9:22) Servir en ritos litúrgicos, sacramentos, catequesis… etc. todos juntos, es cuando alcanzamos plenitud, trabajando al servicio de los seres humanos.

No se puede negar que habrá obstáculos, ya que nunca faltan los enemigos de la unidad. Los desafíos están ahí, quieran reconocerse o no. Como cristianos añeteté-reales, solo tenemos una opción: responder dignamente en el Espíritu de Jesús.

Los desafíos estarán siempre. Pero, como laicos comprometidos, a pesar de nuestras humanas debilidades, solo tenemos una opción: trabajar en y con el Espíritu Santo… ¿Ajepa anguiru? (angirû-anga” significa “alma” e “irû” “compañero/a), es decir, “compañero/a del alma”. ¡Ta upéicha!

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