¡VEN SEÑOR JESÚS!
Sabido es que, a causa de nuestra naturaleza caída, el Padre rico en misericordia, envió a su Hijo para redimirnos de tantas lacras y pecados. Hoy un mal muy bien recibido, acaso, como nunca antes es: la Presunción, que nace de una engañosa valoración de nuestras capacidades y que nos hace pretender lograr resultados superiores a nuestros talentos.