¿CON
PRESUNCIÓN DE ÓBITO?
El diccionario define Ética, del griego (ethos = manera de hacer o adquirir las cosas, costumbre, hábito). La palabra "moral" deriva del latín "mos", que también significa costumbre. Desde Aristóteles, ética y moral, en la práctica, considerados sinónimos.
Luego, ser ético, es saber medir decisiones determinando la diferencia entre el bien y el
mal, en lo personal, familiar, social y profesional. ¿Cuál es la causa de la maximísera
situación que padece nuestra fauna paraguaya? Respuesta: Cero Ética.
Los entendidos
dicen que la crisis moral se describe como “un
descenso del nivel ético de la humanidad”. Podemos comprenderla desde
tres niveles: El 1º, la inmoralidad; el 2º la permisividad;
el 3º la amoralidad.
Inmoralidad. Interpretación cuantitativa. Explicada en términos
cuantitativos: Ej. Democracia. Cualquiera hace lo que quiere, como quiere y
cuando quiere, por ej, estudiantes de secundaria al finalizar el curso
cometen todo tipo de delitos…en la plaza, en la calle… sin control ni
frenos…¿Quién se inmuta?
¿Dónde están los padres, autoridades educativas, policiales,
administrativas, judiciales… Lo peor, no pocos papás “ñembo posmodernos”…apoyan
estos desmanes. En este sentido, desmoralización coincide con la inmoralidad.
¿Cómo “medir” la salud moral de un grupo humano? ¿Por qué así loo ko ya es ahora….porque
la mayoría hace?
George B. Shaw,
graciosamente dice: “La estadística es una ciencia que demuestra que, si mi vecino tiene
dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno”. La estadística no es una valoración definitiva en
moral. Y Luc Ferry
se pregunta: ¿Cómo gobernar las democracias si hay que ser popular para ser elegido e
impopular para reformar?”
b) Permisividad. Tolerancia
socio-jurídica. Nuestra sociedad es de
signo “permisivo”. La sociedad del “ayer” cerrada, de control absoluto,
paternalista, dio paso a la sociedad permisiva.. El pluralismo,
permisividad
y tolerancia,
repercuten hondamente en la manera de vivir y de formular la moral. La
permisividad de nuestra sociedad decadente tiene dos manifestaciones
fundamentales: la permisividad social y la tolerancia jurídica.
Permisividad social: conductas éticamente reprobables permanecían antes, en la esfera
privada… hoy pasan al estadio de lo público. De la “clandestinidad” a la
“publicidad”. Los mass medias muchas
veces son agentes de desmoralización. Hoy, no pocos, se jactan de delincuentes. No hace falta mucha lucidez para notarlo, pero sí, valentía para decirlo.
En cuanto a la permisividad de tipo jurídico, los valores morales no pocas veces son avasalladas por la ley positiva (aborto,
eutanasia, pedofilia, zoofilia…). Bueno es recordar que la ley ha de estar al
servicio del hombre y no para someterla, haciéndola rehén de aquella. "Nadie está
obligado a declarar contra sí mismo", es inmoral, si el culpable calla,
porque el inocente pagará… En este caso, el ropaje legal es hipocresía.
Características de la ley positiva: 1. Es de naturaleza secundaria; una disposición hacia la ley
interior. 2. Una ley civil no debe contradecir la ley natural. 3. Tiene que ser
practicada en y desde la perspectiva de la ley del Espíritu. Si no, la letra
mata.
Dice José R. Ayllón, la ley humana sólo es verdadera ley cuando
respeta la verdad sobre el hombre manifestada por la ley natural. Si se aparta
de ella, se convierte en violencia, en ley del más fuerte al servicio de una
autoridad corrompida.
Pregunta: ¿Qué ocurriría si se negase la existencia de leyes naturales
que obligan moralmente al hombre? Respuesta: Sucedería que antes de promulgar
las leyes humanas, no serían injustos el asesinato ni el robo, por
ejemplo.
Además, si la ley humana fuera justa sólo por ser ley, los regímenes
políticos que violasen legalmente los derechos humanos, no serían injustos.
Nadie podría protestar contra ellos. En otras palabras, las más terribles
dictaduras opresivas y totalitarias, no serían delitos.
Es preciso y exigencia respetar a todas las personas, aunque no
siempre toda idea y convicción sean respetables. La sociedad posmoderna es
permisiva, es una sociedad falsamente libre, pues todo permite y nada garantiza.
En ella prospera la delincuencia organizada, se propaga la droga, la
pornografía y otros múltiples males.
El permisivismo consiste en un auténtico absolutismo del libertinaje. Nada
respeta. El que quiera liberarse de la Libido reprimida juzgará lícito
cualquier medio para conseguir ese fin. Por tanto, permisivismo y
relativismo son verdaderos
ataques a la Verdad.
c) Amoralidad. Interpretación
relativista. Llegamos ahora a la interpretación errónea más profunda del nivel
ético de la humanidad. Podríamos compararlo con lo que San Pablo llama el
“misterio de la iniquidad”. Nada es verdad ni mentira. "Vivo según mi propio estatuto moral" Es lo que quiero…
El terrícola actual, totalmente vacío de valores, apetece con angurria
enfermiza el “tener”, siendo
consumidor, consumido por el consumo que lo consume. Por tanto, ya sin frenos
ni barreras, vive por debajo de su propia existencia. José Ingenieros
dirá: La inteligencia sin ética genera una fauna de grotescos desfilantes en
las pasarelas de la “aparatosidad estúpidamente opulentas donde
pavonean sus huecas vanidades”.
Fuentes de Moralidad
(Moralidad: Conformidad con las reglas de la moral). Con tal expresión la Teología Moral
considera los tres elementos con los cuales se determina la moralidad de un
acto: el objeto elegido, las circunstancias dadas, la intención del agente. (Comp. CIC
Nºs 367- 368-369)
El objeto de la acción
es aquello a lo que motiva la acción. Ej. fin de una casa: habitar; esto es, fin de la obra. Las
circunstancias; las que acompañan al acto humano. Se toma en cuenta el
tiempo, lugar, modo de obrar, resultado de la acción, el quién, el cómo, el por
qué, con ocasión de qué. La intención del agente que obra, es el fin
real que persigue. (Fin del arquitecto al construir una casa: ¿ganar dinero,
triunfar..?)
Estas distinciones son importantes para determinar la moralidad del
acto humano: el objeto es el primer elemento; pero la intención es la que da
valor determinante, último, para el significado moral de la acción. Intención y
Acción están siempre unidas.
En particular, si a un objeto, considerado desde el punto de vista
moral objetivamente bueno, se le añade una intención totalmente mala, entonces
toda la
acción se convierte en moralmente mala. En efecto, el fin no justifica
los medios. La limosna a un mendigo, objeto, (objetivamente bueno) pero
si hago alarde del hecho (intención), la acción se vuelve
mala.
Dice el P. Javier
Galdona, consideramos persona ética a la que asume como
tarea esencial de la propia vida el desarrollarse plenamente como persona
humana. De ahí la tarea a realizar:
Ayudar a cada persona a descubrir y asumir el propio sentido de la vida y desarrollar
al máximo todas sus potencialidades de crecimiento en forma armónica.
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