martes, 7 de noviembre de 2017

“HOMO ESTUPIDUS”

                                             ¿HOMBRE ACTUAL?

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Los entendidos dicen que al homo estupidus se lo detecta con facilidad, porque con frecuencia, cual hipopótamo, abre la boca vociferando insultos en medio del tráfico a cualquiera, por cualquier motivo; incluso atropella con sus vehículos a otros y cometiendo todo tipo de infracciones: El lamentable insolente mbarete-pokarê.

Un claro ejemplo hoy 07.11.17: “Imágenes de circuito cerrado muestran cómo un automóvil de la marca Corolla atropelló por la parte posterior a un ciclista que circulaba en la Zona Sur de Fernando de la Mora. El conductor del rodado huyó del lugar”.

Otro ejemplo harto conocido y sufrido por la gente “normal”: La mayoría se deja seducir por molestosas vibraciones sonoras, es decir, ruido, al cual califican como “música”. Y ¿qué de la Ley nº 1.100/97 de Prevención de la Polución Sonora…y las autoridades? ¡Muy bien gracias!.

En avenidas conducen sus bicicletas como si estuvieran sin frenos cuando no van “oyendo” lo que ellos llaman “música”, ya sea con aditamentos en los oídos o con equipos electrónicos que llevan en sus maletas o sujetas a sus bicicletas y motocicletas sin caño de escape provocando molestosos ruidos. Y ¿Qué de las autoridades? ¡Muy bien, gracias!.

Muchos de estos “monos con pantalones” están o accederán (aunque no creas) a altos cargos en entidades públicas o privadas, para luego, ostentar su poderío económico (casas- vehículos) y político (mbarete) o su posición dominante en la fauna social. (Ña mandâ).

Más un caso, entre tantos: “Una mujer fue imputada este sábado 07.11, pues la misma grababa a su propia hija de apenas seis años de edad cuando la violaban. Ya fue detenida y ahora buscan a los autores del terrible delito”.

Dice Sandra Hernández: Podría gastar muchas horas y toneladas de papel para describir en detalle todas las particularidades de la especie que nos ocupa, pero, para mayor claridad, doy a conocer a la opinión pública ciertos tips o consejos para detectarlos rápidamente y, en la medida de lo posible, evitarla:

Desconocen el término civismo. Creen a fe ciega en la publicidad y en los medios de comunicación. Sus escasas neuronas sólo realizan la sinapsis (conexión) ante vulgaridades en la web, memes o chismes. Contaminan las ciudades, los campos y las fuentes de agua con basuras indiscriminadamente.

Tienen doble moral y aceptan como dioses a los nuevos mesías de la moral y las buenas costumbres. Convierten las mentiras en verdades a punta de repetirlas hasta la saciedad. Ocultan sus oscuras intenciones en nombre de la religión para hacer daño a los niños.

Producen, comercian o consumen drogas. Bajo la excusa del servicio social y desinteresado al país se instalan en cargos públicos para satisfacer sus deseos, los más íntimos y los más perversos. Son xenófobos, racistas u homófobos. Pero en su fuero interior consideran a Ricky Martin, Will Smith y Chayanne unos “papitos ricos”.

Utilizan la camiseta de un equipo de fútbol como excusa para cometer todo tipo de tropelías y crímenes. Realmente este Homo estupidus es una criatura bastante peligrosa que se reproduce sin control y amenaza con contaminar y absorber, poniendo en peligro de extinción al Homo sapiens y —de paso— devastar el resto del planeta.

A propósito señala Luís González-Carvajal en “Ideas y Creencias del Hombre Actual: “Con toda razón han hecho notar muchos observadores que el símbolo de la postmodernidad ya no es Prometeo ni Sísifo, sino Narciso, el que, enamorado de sí mismo, carece de ojos para el mundo exterior.

La vida sin imperativo categórico. La postmodernidad entraña también la muerte de la ética. (…) Cuando queda tan sólo el presente, sin raíces ni proyectos, cada uno puede hacer lo que quiera. Ahora la estética sustituye a la ética.

Como dice una canción de Joaquín Sabina, «al deseo los frenos le sientan fatal. ¿Qué voy a hacerle yo, si me gusta el güisqui sin soda, el sexo sin boda, las penas con pan...?» 'Los estudios sociológicos muestran que esas actitudes están ya muy extendidas, sobre todo entre la juventud.

El 41,2 por ciento de los jóvenes madrileños de 14 a 24 años se manifestaron de acuerdo con la frase «Vale lo que me agrada. No vale lo que no me agrada»; y el 27,2 por ciento con esta otra: «El principio ético más importante es “haz lo que quieras”.

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